En el primer semestre del 2017 la filial de Pdvsa en Estados Unidos, Citgo Petroleum, ha invertido 2.025.000 dólares con fines propagandísticos en dicho país, siendo el tercer año desde que inició la revolución con mayor gasto en dicha materia.
En solo cuatro años que tiene el régimen de Nicolás Maduro, Citgo ha invertido 8.610.000 dólares en cabildeo en Washington, lo que representa 29,47% de los 29.210.123,60 dólares que Venezuela ha gastado en los últimos 18 años para esos fines, solo en territorio estadounidense.
En el detalle del 2017 -de acuerdo a los datos que revela el Congreso estadounidense sobre las actividades de lobby- se observa que de los 900.000 dólares que la filial de Pdvsa ha cabildeado para tres proyectos de ley, 540.000 dólares de éstos, es decir 60% se han enfocado en evitar sanciones que afecten a la principal industria del país caribeño.
Para las dos primeras normas (H. R. 1154 y la S. 168) relacionadas con la descarga de buques comerciales, la filial petrolera ha invertido 360.000 dólares, a fin de conocer cuál pudiera ser el impacto potencial de las restricciones de la energía de Estados Unidos y de la política exterior sobre las operaciones de Citgo Petroleum Corporation y la valoración de sus activos, de acuerdo a OpenSecrets.org, organización sin fines de lucro que busca hacer un gobierno más transparente y responsable a través de los datos de cabildeo.
Sobre la tercera ley S. 2142, relacionada con la violación de derechos humanos en Venezuela -aplicada en el Senado desde 2014 cuando se produjeron las primeras protestas políticas contra Maduro- se ha hecho lobby por 540.000 dólares a fin de evitar sanciones a la industria petrolera del país. Dichas actividades se han realizado en nueve agencias de EEUU: el Senado, la Cámara de Representantes, la Oficina del Presidente, el Departamento de Justicia, el Departamento del Estado, Departamento del Tesoro, el Departamento de Tratados Comerciales, la oficina de la Vicepresidencia y la Casa Blanca, detalla OpenSecrets.org.
Venezuela envía unos 701 mil barriles de petróleo diariamente a Estados Unidos, según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos, lo que representa 51% de sus exportaciones efectivas –generan flujo de caja- sin estos ingresos sus finanzas estarían comprometidas. Es por ello, que evitar potenciales sanciones económicas provenientes de Washington se han convertido en la prioridad para Citgo.
Aunque estos gastos no han sido los únicos relacionados con el cabildeo del Gobierno venezolano en EEUU, en lo que va de año. Citgo también se ha visto relacionado con celebraciones patrióticas, como el día de la independencia de la ciudad de Houston con el aporte de 625.000 dólares para pirotecnia y show de artistas, también financia causas sociales como la que ejecuta la organización First Response Team of America, que apoya comunidades en riesgo tras desastres naturales, y el 22 de diciembre de 2016, la filial de Pdvsa donó 500.000 dólares para la investidura del presidente estadounidense, Donald Trump.
A pesar de que Trump no ha descartado aplicar sanciones económicas, dentro de EEUU existe un rechazo comercial a dicha posibilidad. Citgo Petroleum ocupa la mayor proporción de las importaciones de barriles de crudo, seguida de Valero, Chevron y Phillips 66.
De hecho, en julio la Asociación Americana de Combustibles y Petroquímica, la mayor asociación de refinadores estadounidenses, instó al Secretario de Estado, Rex Tillerson, al Secretario de Comercio, Wilbur Ross, y a otros funcionarios del gabinete a eximir las importaciones de crudo venezolano de un posible paquete de sanciones.
«Las sanciones que limiten las importaciones estadounidenses de crudo venezolano perjudicarían a muchas refinerías estadounidenses, especialmente las de las regiones de la Costa del Golfo y de la Costa Este, que han optimizado el uso de crudos amargos producidos en Venezuela», dijo el presidente de la AFPM, Chet Thompson.
Los refinadores argumentan que el corte de la oferta petrolera de Venezuela exprimiría sus márgenes, y aumentaría los precios de la gasolina.
DC | Diario Las Américas