La crisis económica ha hecho que muchos venezolanos creen nuevas formas de recibir ingresos y una de ellas es hacer sesiones eróticas a través de cámaras web.
El portal Playground reseñó la historia de Yllen, quien tiene 47 años y es productora audiovisual. También enseña danza árabe, pero la crisis ha hecho que disminuya notablemente su cantidad de alumnas, que llegaron a ser más de 400.
En su página web ofrece sesiones de 10 minutos de Skype a ocho dólares. El salario mínimo de un venezolano es de 250.531 bolívares, aunque sólo reciben 97.531 en dinero físico, y el resto corresponde al bono de alimentación.
Yllen utiliza una barra de striptease, espera la llamada de un cliente y comienza el show. Hace “porno suave”, que es erotismo sin imágenes explícitas ni penetración.
Su nombre artístico es “La Diva Erótica”. Tiene una gama de clientes amplia que prefieren a mujeres de su edad. Gana alrededor de 130 dólares al mes, lo que le alcanza para comprar comida, pagar gastos, y poco más.
Katherine Delgado, otra dama que se dedica a esta práctica, afirma que “se puede llegar a ganar más que un gerente aquí en Venezuela. Hay días buenos y días malos, pero en términos generales me va bastante bien”.
Confiesa que no conocía este tipo de prácticas hasta hace 5 meses. Un amigo le hizo la propuesta. Tenía varios trabajos pero no le alcanzaba el dinero. “La falta de efectivo y las deudas te llevan a hacer este tipo de trabajos”, admite la ‘webcamer’.
Yllen cree que la ventaja de la webcam es la seguridad. “Las chicas que se tienen que dedicar a la prostitución siempre están expuestas a que les peguen o les traten mal”. Sin embargo, no todo es color de rosas: Yllen ha llegado a estar días sin poder trabajar por la pésima conexión del país, considerada por los venezolanos como “la peor del mundo”.