Injustificada la inasistencia de los parlamentarios a la sesión extraordinaria convocada recientemente, por más que el llamado fuese tardío, la vocera de la tal constituyente no dudó en lanzar sus dardos. Nada más y nada menos que acusó a los diputados de vagos, como si el oficialismo monopolizara todas las virtudes, entre ellas, la del trabajo.
Antes de abandonar – quizá y muy quizá – definitivamente a la Asamblea Nacional, lejos de mediar alguna renuncia expresa, los partidarios del gobierno no se caracterizaban precisamente por su regular asistencia a las sesiones plenarias ni a las de las comisiones permanentes. Numerosísimas fueron las jornadas laborales a las que faltaron los principales y también los suplentes, ya sin los argumentos ni las fuerzas necesarias para defender al gran benefactor de Miraflores.
Durante el pasado mandato legislativo, cuando el gobierno era mayoría, la oposición no dejó de cumplir con responsabilidades y corajudamente daba su testimonio y alegatos. Fueron muchas las veces que el otrora jefe de la fracción gubernamental, con soberbia, señalaba dentro y fuera del hemiciclo, el record de inasistencia de los oponentes para tratar de achacarles la pereza de la que hoy, ellos, hacen gala.
Disculpándonos por el tono personal, muy contadas veces faltamos a las plenarias y a las comisiones de trabajo de entonces, por alguna sobrevenida circunstancia. Meses atrás, solicitando una copia certificada de nuestro record de asistencias a la Comisión de Administración y Servicios a la que no faltamos en todo 2015, resultó que el correspondiente control ya no estaba en los archivos de la misma. Y era frecuente la sospecha de una adulteración de los controles cuando de la plenaria y de las comisiones se tratara, pasando por un error de transcripción, como alguna vez se adujo con el reclamo de casos – por lo visto – nunca subsanados.
Digamos, a nadie le importa cómo va la tal constituyente en la que obviamente desconfían, dado su origen fraudulento, la que no cuida de las garantías para un debido control del quorum con más de quinientos tales constituyentes, pues, al fin y al cabo, son muy pocas las estrellas que discursean y declaran a los medios. El más rápido contraste está con los diputados que, indoblegables, van y vienen de Caracas, sin percibir el debido salario desde hace más de un año, esforzándose en laborar en condiciones muy adversas. Entendemos, a falta de respuestas ante los problemas fundamentales del país, la vocera de tal constituyente apela a las intrigas, lenguaje y pleito de vecindario.
DC / Luis Barragán / Diputado AN / @LuisBarraganJ