Consuelo Márquez, mejor conocida como la “abuela de la resistencia”, denunció este miércoles que es amenazada y perseguida por cuerpos de seguridad del Estado.
“Denuncio al pueblo de Venezuela y al mundo entero que la ‘abuela de la resistencia’ está siendo perseguida por Polichacao, el Sebin y el Cicpc, por supuestamente colaborar con los muchachos de las protestas”, expresó este miércoles a El Nacional.
Márquez, que se ha mantenido en las calles, denuncia que fue agredida por funcionarios de Polichacao después de participar en una actividad el sábado pasado.
Pidió a organismos internacionales atender su caso: “Llamo a las Naciones Unidas, al mundo entero, me están persiguiendo. Tengo mis manos y mis senos morados, me atacaron mi humanidad el día sábado”, dijo en una entrevista a El Nacional.
«La abuela de la resistencia» agregó que su hijo se encuentra detenido desde este martes en la sede de la policía municipal con nueve manifestantes más y que desde su aprehensión no le han permitido comer. Sostuvo que a los jóvenes pretenden acusarlos de «terrorismo».
Exigió que cese la violación de los derechos humanos en Venezuela e hizo responsable al alcalde encargado del municipio Chacao, Gustavo Duque, y al gobierno nacional por la integridad de los detenidos.
Entre lágrimas, Márquez dijo que no tiene los recursos para pagar un abogado y que se encuentra preocupada por lo que pueda sucederle a su hija y nieta.
“Ayúdenme, rescaten a su abuela, yo no soy terrorista. Que el mundo se entere, no lloro porque me duele sino por rabia”, puntualizó.
«La abuela de la resistencia» cuestionó a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y aseveró que su posición es como ciudadana común y no como política.
“¿Dónde está la Unidad?, yo no soy política, yo solo soy Consuelo y no tengo para pagar un abogado”, ratificó.
Pese a la persecución de la que es víctima y el temor a terminar en uno de los calabozos del régimen de Nicolás Maduro, no duda en fijar su posición: «Soy yo con Dios y Dios conmigo. Si Dios está conmigo quién contra mí».
DC | El Nacional