La Procuraduría General de la República de Brasil emitió hoy una alerta para que los órganos públicos estén preparados para ofrecer ayuda a humanitaria a unos dos mil indígenas venezolanos de la etnia Warao que se espera que lleguen a la ciudad amazónica de Belén en las próximas semanas.
Los Warao destacan, por su elevado número, entre los venezolanos que han cruzado la frontera para pedir refugio en Brasil y huir de la crisis económica y social en el país vecino.
La petición para que los organismos públicos tanto del estado amazónico de Pará como de su capital (Belén) se preparen para ofrecer atención humanitaria, abrigo y otras ayudas asistenciales a los indígenas fue hecha en una notificación emitida conjuntamente por la Procuraduría General, la Defensoría Pública de la Unión y la Defensoría Pública del Estado de Pará.
La alerta fue enviada a la Presidencia de la República, a los Ministerios de Relaciones Exteriores, de Justicia y de Desarrollo Social, a la Fundación Nacional del Indio (Funai) y a las diferentes secretarías de Justicia, Derechos Humanos y Asistencia Social del estado de Pará y del municipio de Belén.
De acuerdo con informaciones que la Procuraduría recibió del consulado de Venezuela en Belén, desde julio pasado y hasta ahora han desembarcado en esta ciudad ubicada en la desembocadura del río Amazonas unos 54 indios de la etnia Warao, que carecen de abrigo y se ubicaron provisionalmente en áreas precarias que tienen problemas de prostitución y tráfico de drogas.
El consulado informó igualmente que un niño Warao murió en Belén por problemas del corazón y sin recibir los debidos cuidados médicos.
La representación diplomática, con base en los datos repasados por los propios indios, calcula que otros grupos de Warao, que variarían entre 500 y 2.000 personas, ya están en tránsito hacia Belén.
Según un comunicado de la Procuraduría, a los organismos del Gobierno federal de Brasil les fue recomendado que adopten las respectivas medidas para ofrecerle a esos inmigrantes “abrigo y alimentación adecuados, asistencia médica, especialmente para ancianos y niños, y los demás servicios necesarios para garantizarles un tratamiento digno”.
La recomendación dirigida a los organismos regionales y municipales es que se articulen para garantizar un alojamiento adecuado para los indios, “especialmente y con urgencia para los que están viviendo en la calle”.
“El caso puede ser llevado a la Justicia si los órganos públicos notificados no presentan respuestas en los cinco días contados a partir de la recepción de la notificación o si las respuestas no se consideran suficientes”, advirtió la Procuraduría en su comunicado.
La también ciudad brasileña de Manaos, la mayor de la Amazonía, declaró emergencia social ante la necesidad de buscar recursos para atender a cientos de indios Warao que llegaron a esa capital y se instalaron en locales públicos, como la terminal de autobuses.
Hasta el momento, la alcaldía de Manaos acomodó a 180 indios en cinco casas que alquiló en diferentes barrios y a otros 206 en un abrigo municipal pero una gran mayoría sigue viviendo en la calle.
Los Warao figuran entre los cerca de 30.000 venezolanos que se calcula que han ingresado en los últimos meses a Brasil para huir de la crisis económica y social de su país.
Según las cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Brasil es el segundo mayor destino de los venezolanos que piden refugio en el exterior, con 12.960 peticiones en trámite. El número de peticiones de refugio saltó desde 3.368 en todo 2016 hasta 7.600 en el primer semestre de este año.
El éxodo afecta principalmente la ciudad de Pacaraima, en la frontera entre los dos países y cuya población dobló desde 12.500 hasta 25.000 personas con la llegada de los venezolanos.
Gran parte de esos inmigrantes, sin embargo, ha proseguido hasta Boa Vista, la capital del estado amazónico de Roraima y la mayor ciudad próxima a la frontera con Venezuela
DC | EFE