Hace unos meses estábamos marchando, gritando y cantando consignas anti gobierno, cargando carteles, banderas y pitos por todas las calles de Venezuela. Se había desarrollado un eficiente sistema de comunicación. Diariamente se recibían las instrucciones de la MUD que eran adaptadas a cada zona con “flyer” y todo.
Aparecieron luego los “plantones” y los “trancazos” que poco a poco iban creciendo en tiempo.Miles de personas cerraban las vías principales. Tantas veces se hizo que se desarrolló amistad entre muchos de los participantes. Las ciudades enteras se paralizaban y con la misma puntualidad conque empezaban, terminaban. Los ciudadanos soportaban la molestia con mucha claridad en elpropósito.
Desde el comienzo de las protestas, el régimen optó por reprimirlas y también fue aumentando su intensidad. De los gases lacrimógenos se pasó al disparo de las bombas al cuerpo, al disparo de perdigones, al disparo de pistolas automáticas y fusiles. Los manifestantes empezaron a ser heridos y asesinados y centenares de ellos arrestados.
Pero las ganas de forzar al régimen a su salida, mantenía la fuerza de la calle.
De repente el CNE, obedeciendo órdenes, convocó con premura a elecciones para gobernadores y, para asombro de los miles de venezolanos que venían luchando en las calles, la dirigencia política de oposición tomó la decisión de participar.
Las acciones de calle se paralizaron y comenzaron los preparativos electorales. Muchos protestamos lo incoherente por haber iniciado hacía poco la aplicación del artículo 350 de la Constitución que desconocía al régimen.No era de extrañar que un gran número de ciudadanos y algunas organizaciones políticas rechazáramos el ir a elecciones pues con ello se aceptaba al tramposo CNE y se consolidaba al régimen.
Comparto las críticas que hacen mis hermanos manifestantes y comparto su frustración de varios meses de lucha en apariencia perdidos. Pero no es así, las manifestaciones crearon la más formidable plataforma donde se han podido recostar todos los logros que han sucedido. Todos los organismos internacionales pudieron apreciar con la tremenda claridad de las filmaciones nuestra situación de cruel dictadura y el enorme rechazo al régimen. Decenas de Países han alzado la voz para lograr una solución y algunos de mucho peso han impuesto sanciones concretas y vienen más.
Nada de esto se habría logrado sin la demostración gigantesca de lucha ciudadana. El monstruo que representa al régimen está rodeado y debilitado como nunca y eso gracias a la patriótica entrega de muchísima gente, incluyendo en especial a las decenas de héroes que ofrecieron su vida.
Pero las cosas avanzan y muchos enfrentamos hoy a la pregunta de si participar o no en estas elecciones. Algunos mantienen firme su posición de no hacerlo, otros pensamos que, a pesar de todo, es una forma de seguir debilitando al régimen y si iremos a votar.
En lo que si estamos todos muy de acuerdo es en sacar, como sea, a estos malandros del poder.
DC / Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es