Este martes las carreteras están paralizadas en Cataluña para denunciar la violencia policial durante el referéndum de autodeterminación prohibido, que agravó la crisis con el gobierno español.
Decenas de miles de personas se movilizaron en manifestaciones de estudiantes, de bomberos o de simples ciudadanos indignados. La tensión está más fuerte que nunca frente a la Delegación del gobierno español, «¡Fuera las fuerzas de ocupación!» y «¡Las calles serán siempre nuestras!». El lugar estaba protegido por innumerables furgones de la Policía Nacional.
«Nada de esto hubiera sucedido si el Gobierno (catalán) no se hubiera declarado en rebeldía contra la ley», aseveró a la prensa el delegado del gobierno central en Cataluña, Enric Millo.
DC/EN