Durante una rueda de prensa el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, informó que los datos que posee el gobierno de Estados Unidos no son correctos debido a que no existen evidencias de supuestos ataques que sufrieron los diplomáticos estadounidenses.
“No se han dictaminado posibles autores ni personas con motivaciones para ejecutar este tipo de acciones, tampoco se ha establecido medios sospechosos en los lugares donde se reportaron los hechos”, dijo.
El ministerio de Relaciones Interiores reafirmó que «La Habana no cometió ni cometerá atentados de ninguna naturaleza contra funcionarios diplomáticos ni sus familiares, y tampoco permitirá que su territorio sea utilizado por terceros con ese propósito».
Para finalizar instó a Washington a no politizar el caso porque se podría provocar una escalada “indeseada” que afectarían las relaciones entre ambas naciones.
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