El nivel de satisfacción de las personas con su propia vida influye más sobre la salud que las emociones que experimentan en su día a día, según un estudio.
La investigación que ha sido publicada en Globalization and Health, también concluye que las emociones negativas tienen un mayor peso sobre la salud que las emociones positivas.
Tras entrevistar a más de 50.000 personas de nueve países, lo que según los autores constituye una de las fortalezas del estudio al tratarse de países con diferentes niveles de ingresos, argumentan que la felicidad contribuye a tener un mejor estado de salud.
El estudio evaluó dos componentes de la felicidad: la felicidad evaluada (cómo de satisfecha está una persona cuando piensa sobre su vida), y la felicidad experimentada (frecuencia e intensidad de las emociones positivas y negativas que siente una persona en su día a día).
Así, los resultados mostraron que la felicidad está relacionada con la salud tras controlar el efecto de otros factores como el sexo, la edad, el nivel educativo, el nivel de ingresos, el estado civil y el lugar de residencia.
Esto implicaría que, continúa la experta, “el sector sanitario puede colaborar con otros sectores como el sector cultural, de infraestructuras o de planificación urbana con el fin de contribuir a una mejor salud de la población”.
V.