Los síntomas son similares y suelen confundirse con frecuencia. Sin embargo, la gripe no es un resfriado fuerte. La gripe la causan las variantes del virus de la influenza, mientras en el resfriado estamos hablando de hasta 200 tipos de virus.
En el caso de la gripe, pueden presentarse complicaciones graves en algunas circunstancias.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), entre estas se encuentran la neumonía, la miocarditis, la encefalitis y la miositis, que son inflamaciones en los pulmones, en el tejido que rodea al corazón, al cerebro y a los músculos, respectivamente. Los niños, los ancianos, las mujeres embarazadas y las personas que sufren de ciertas condiciones crónicas tienen más propensión a enfermedades como las descritas.
¿Cuáles son las diferencias entre uno y otro? El Sistema Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) señala que en el caso de la gripe, los síntomas se presentan con rapidez e incluyen dolores musculares y fiebre. Según indica el artículo, el malestar es tanto que no es posible realizar las actividades regulares.
En cuanto a los resfríos, los síntomas se presentan de manera gradual y no son muy fuertes. Pese a la molestia, es posible continuar con la rutina. Adicionalmente, la nariz y la garganta suelen ser las zonas más afectadas.
¿Cómo combatirlos?
Es fundamental consumir líquidos, particularmente cuando hay fiebre, porque el cuerpo necesita recuperar los fluidos que pierde. Si la persona lo tolera, también tiene que tratar de comer bien.
Para sobrellevar los síntomas, los analgésicos y los descongestionantes son una buena opción.
La inhalación de vapor y productos que ayudan a descongestionar las vías nasales ayudan a destapar la nariz. La miel y el limón pueden ofrecer alivio temporal cuando hay tos y molestia en la garganta.
DC | Agencias