En los últimos meses renovar el pasaporte en Venezuela se convirtió en una odisea que reflejó la crisis del país: falta de material para imprimirlos, espera de meses y pagos ilícitos para acelerar el proceso.
Y todo ello en un momento en el que el éxodo de venezolanos que dejan el país por la crisis hace crecer la necesidad de nuevos documentos.
Aunque no hay cifras oficiales se estima que entre 1,5 y 2 millones de personas han abandonado en los últimos años el país por la inseguridad, la alta inflación, la falta de productos básicos o el desacuerdo con un gobierno al que la oposición tilda de dictatorial.
Y ello en una Venezuela que siempre se caracterizó por recibir inmigrantes, no por dejar un país que fue vanguardia en América Latina hace tres décadas.
En un decreto publicado en Gaceta Oficial con fecha de 8 de octubre, el gobierno establece ahora que el pasaporte venezolano, que tiene una vigencia de cinco años, «podrá ser prorrogado por un periodo de dos años contados a partir de la fecha de su respectiva revalidación».
La medida se explica en que «en este contexto se hace necesario adoptar medidas especiales que permitan garantizar la expedición del documento de viaje, así como un mecanismo que permita prorrogar su validez».
El gobierno, que no detalla las causas de la medida, sí reconoce los problemas, que se reflejan en las filas en torno a las oficinas del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) y en la espera de meses hasta conseguir el documento.
Cada uno de los pasos requiere paciencia. Joel Bustamante dijo a la agencia Bloomberg que solicitó el pasaporte seis meses antes de su viaje a Chile y que 11 meses después de que partiera sin él el avión, aún seguía esperando.
Según cifras no oficiales manejadas por la oposición, en 2016 se expidieron 300.000 pasaportes, número muy alejado de los 1,8 millones de peticiones.
Falta de papel
La falta de material es uno de los problemas, como reconoció el director del Saime, Juan Carlos Dugarte, en febrero de este año.
«Estamos trabajando para regularizar la emisión de pasaportes. Si bien es cierto que ha habido escasez de material. Tenemos pasaportes suficientes para atender la demanda de las personas, que ameriten viajar», dijo entonces.
Además, el proceso para conseguir el pasaporte o renovarlo es una «odisea», le dice Carlos Javier Bolívar a BBC Mundo.
Bolívar se ha convertido en un experto en gestión de documentos públicos a través de la red social Twitter, dando consejos y guiando en un proceso complejo.
Primeramente hay que pedir una cita a través de la web del Saime, algo que resulta difícil por los problemas que presenta habitualmente la página. Sólo conseguirla puede demorar semanas y provocar la desesperación.
Bolívar asegura que pese a que la ley estipula que por el procedimiento se deben pagar dos unidades tributarias, lo que equivaldría a 3.600 bolívares (entre US$0,1 y US$0,3 según el tipo de cambio), la petición de cita conlleva también el pago de 51.000 bolívares (entre US$4,5 y US$1,9) a través de una tarjeta de crédito.
El salario mínimo mensual es de 136.544 bolívares (entre US$12 y US$5 de acuerdo al cambio oficial o el paralelo, el más usado).
«Es un proceso excluyente porque no todo el mundo tiene tarjeta de crédito», afirma Bolívar.
Luego hay que esperar a la asignación de cita, algo que puede ir desde unos pocos días a semanas o meses, según las diversas partes del país.
Proceso exprés
Si todo va bien en las oficinas del Saime, que presentan en ocasiones problemas de conexión al sistema informático, se validan los datos.
Entonces, la autoridad ofrece la posibilidad de un procedimiento exprés por el pago de otros 67.800 bolívares (entre US$6 y US$2,52). El nuevo procedimiento fue implementado en febrero para tratar de agilizar los trámites.
Ese proceso está pensado para la gente con más urgencia, pero muchos usuarios denuncian que el pago es imprescindible en cualquier caso.
Una vez pagado, el documento está listo para ser recogido en cuestión de días, de semanas o de meses, en función de si se vive en Caracas o lejos de la capital.
El proceso en total puede demorar semanas, pero también varios meses, demasiado para gente que tiene agendados sus viajes.
Los venezolanos que viven en el exterior tienen aún más dificultades en embajadas y consulados. Y eso hace que muchos venezolanos, sin pasaporte en vigor, no puedan renovar sus visados en los países de acogida y ni siquiera salir de ellos.
Corrupción
La complejidad del proceso, las demoras por fallas del sistema o por falta de material ha creado una red de corrupción con gestores que consiguen o aceleran la obtención de documentos previo pago en dólares con cifras que alcanzan los US$300, pero que también pueden llegar a los US$ 3.000.
Esas cifras -incluso la más baja- son impagables para la gran mayoría de venezolanos.
«Es importante acabar con la corrupción, sea cual sea el modo», dijo Dugarte en febrero. «Nosotros lo hemos atacado fuertemente, ya hemos puesto a la orden del Ministerio Público a 120 funcionarios y 24 gestores por estar incursos en hechos irregulares dentro de la institución», agregó.
Bolívar, que vive cerca de la frontera con Colombia y que en unas semanas se mudará a Chile tras un largo proceso para obtener sus documentos oficiales, se pregunta ahora cómo el gobierno validará esas prórrogas.
«Veremos cómo se expresa en el pasaporte, si colocan un añadido, algo que se vea y sea tangible para que las autoridades migratorias de otros países vean que está vigente el pasaporte y lo sellen. Vamos a esperar», afirma Bolívar.
DC | BBC Mundo