Pocos días después de que Corea del Norte llevara a cabo su prueba nuclear más potente con el lanzamiento de una bomba de hidrógeno, uno de los tres túneles excavados en la base donde se realizó el ensayo, conocida como Punggye-ri, en el noreste del país, colapsó y mató al menos a 200 trabajadores, según informó este martes la televisión japonesa Asahi.
A principios de septiembre, Corea del Norte detonó el potente dispositivo nuclear debajo de la montaña Mantap, escenario de los cinco ensayos atómicos norcoreanos hasta la fecha. Según los expertos, fue una bomba de hidrógeno diez veces más potente que las primeras y únicas ojivas atómicas lanzadas contra la población en Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial de mano de la aviación estadounidense.
El derrumbamiento se produjo tras la prueba de la bomba de hidrógeno
En un primer momento se vieron atrapados un centenar de trabajadores, tras el derrumbamiento inicial que tuvo lugar cerca del 10 de septiembre, dijo la cadena televisiva nombrando sin identificar a fuentes norcoreanas. Durante la operación de rescate, se registró otro colapso que elevo el número de víctimas a 200 personas, agrega la televisión.
Expertos advirtieron a The Washington Post de que se registraron diversos movimientos sísmicos y derrumbes cerca de la base de pruebas nucleares probablemente. Ello significaría que la sexta, y mayor explosión llevada a cabo por el país liderado por Kim Jong Un el pasado 3 de septiembre, desestabilizó la región. Y que la base de ensayos nucleares Punggye-ri deje de usarse pronto para tal fin.
Se cree que los trabajadores estarían llevando a cabo tareas de limpieza y reparación de los túneles que se habrían dañado durante las pruebas nucleares anteriores con tal de poder reanudar la actividad en el lugar.
De confirmarse las sospechas de los expertos, crecen los temores de que el material radiactivos que queda tras las explosiones pueda filtrarse a través de la tierra y llegue a causar un incidente internacional si alcanza suelo chino, vecino de Corea del Norte.
DC | La Vanguardia