La rebelión de las bases, por Alfonso Hernández Ortíz (@AlfonsoZulia)

Decía Albert Einstein, “no puede pretenderse que las cosas cambien, si siempre se hace lo mismo”, sabiduría que aun no han logrado asimilar algunos sectores de la oposición venezolana, previa decisión que tomaron de no participar en el venidero proceso electoral para elegir autoridades municipales. Repitiendo el error garrafal que cometieron en el año 2005, cuando declinaron su participación a las elecciones de la Asamblea Nacional, permitiéndoles a los personeros del régimen sentar las bases desde un parlamento unisonó, para dominar el Organismo Electoral, el Poder Judicial y la Fiscalía General de la República, provocando a la vez daños irreparables a estas instituciones democráticas.

Ciertamente, la corrosión existente en las estructuras de las instituciones del Estado, requieren una intervención urgente por parte de las fuerzas políticas opositoras para evitar el desmoronamiento del país, sin embargo no puede ser la renuncia y la entrega de los espacios políticos, legitimados por el voto de la ciudadanía, la mejor estrategia para enfrentar a estos bribones. El hecho de no inscribir candidatos a alcaldes, negando la participación electoral y amenazando con expulsar a los militantes que se inscriban para su reelección o para optar a un cargo municipal representa un hecho absurdo para quienes se hacen llamar “demócratas”, mucho más, cuando estas decisiones fueron tomadas desde las vísceras en las cúpulas de los partidos sin consultar, ni escuchar las opiniones de las bases.

Desde mi perspectiva, esta torpe dirigencia opositora no ha logrado interpretar, entender, analizar con atino la realidad país, toman decisiones reaccionarias, carentes de un plan, de tácticas, de estrategias claras que permita visualizar el camino hacia un pronto cambio de timón, por el contrario sus acciones generan mayor desesperanza, confusión, frustración y desanimo en la ciudadanía hacia la defensa del voto como arma de la democracia para enfrentar las tiranías. Es un contrasentido, castrar la participación de los líderes locales en este proceso electoral, pero a la vez llamar a preparase para las elecciones presidenciales.

Han argumentado su negativa a participar en las elecciones, esgrimiendo que el CNE está parcializado y no les brinda las mejores condiciones, asunto que es cierto, pero habrá que caminar y mascar chicle a la vez, dando la pelea con los testigos, movilizando electores y cuidando los votos, no hacerlo es un acto suicida, ya que

indudablemente habrán espacios geográficos donde ganar será cuesta arriba, sin embargo hay otros donde tradicionalmente siempre ha triunfado la oposición, con muestras de excelente gestión, sin olvidar que son las alcaldías las instancias más cercanas entre el gobierno y la gente.

Es inaudito, pensar que coartando la participación de las plataformas de los partidos de oposición en los 335 municipios del país, se crearan mejores circunstancias para las presidenciales, al contrario debilitan los espacios de lucha, los puestos de trabajo, las trincheras de batallas, las plazas conquistadas y la experiencia alcanzada que solo se dan en las victorias, las derrotas y las revanchas políticas ¿Cómo pedirle a un militante de un partido que se ha dedicado durante años en cuerpo y alma, a lucha política, al trabajo social, entregando hasta su presupuesto familiar, arriesgando su trabajo, familia y hasta su vida personal, que no participe en las elecciones porque las condiciones no están dadas?

Ante esta errática decisión, se muestran las costuras de una dirigencia histriónica con aires presidencialistas, que colocan en primer orden sus intereses particulares y partidistas sobre el beneficio del pueblo. Realmente, debo confesar mi pena ajena por ellos, mucho más por los fantoches, embriones de estadistas, carentes de palabras y argumentos que se hacen llamar opción, utilizando el cliché del cambio para embaucar seguidores, pero terminan siendo más de lo mismo, figuras caudillistas de sus “club de amigos” que hacen llamar partidos políticos.

Sin embargo, en esta noche larga y oscura comienza a brillar el sol, sigue emergiendo frente a la trasnochada clase política del gobierno y la oposición, una nueva alternativa que se desplaza hacia el centro político, identificada con las luchas ciudadanas, distanciándose espontáneamente de los abusos partidistas y agrupándose entre iguales para apoyar los nuevos liderazgos, he allí la rebelión de las bases.

DC / Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo – Abogado / dialogopublico@gmail.com / @AlfonsoZulia

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