Tenemos muchos años en lo mismo de siempre, elecciones vienen y van. Gobernadores vienen como los alcaldes, y sencillamente estamos en las mismas realidades que nos acosaban para los años 80, 90 y lo que va de los años del siglo XXI. Esto nos indica que no solo la realidad acusa a una alarmante situación para los ciudadanos y las comunidades, sino, que hoy sumado a un Estado en condición “terminal”, estas posiciones de poder terminaran colapsándose irremediablemente y lo único que podrían ofrecer, es más tiempo para el régimen como para la profundización de la miseria y el hambre.
Con la muerte de la COPRE y de cualquier iniciativa descentralizadora en el país desde los años del difunto Chávez. El poder municipal únicamente acrecentó los gastos locales en viáticos para la ciudad capital, en búsqueda de pequeñas migajas para obras y servicios, que a su vez estas son manejadas a discreción del alcalde y sus círculos de confianza, dejando el resto de lo que queda, “si queda” para los servicios municipales. Reafirmando lo que mencionamos desde hace años en cuanto a que estos burgomaestres dejan a su salida una profunda miseria, que es proporcional a la riqueza que ostentas en su peculio personal.
En el caso del Zulia, que podría ser la del Táchira o Trujillo, entre otras regiones y sus municipios, la “fotografía” es la misma en todas. Es así pues, que sumado a tan tétrica realidad hoy por hoy, su interés despierta en el gobierno nacional la gran oportunidad de lavarse la cara y seguir de una u otra forma, creando la atmósfera adecuada de legalizar de hecho y derecho su ANC. Al realizarlo, consumirá sus últimos “cartuchos” dándole así abiertamente el poder supremo, a tal disparate. Esto es grave, pero allí estará su fatal error.
Mientras que se va logrando “disipar” la oposición, logramos determinar de qué lado están sus miembros, sean la de ellos únicamente o son parte de una estrategia que busca oxigenar al régimen chavista para perpetuarse “por ahora” al poder. ¿A quién beneficia el poder regional o el municipal? ¿Para qué ostentar el poder local? Ante el drama descrito con anterioridad. Pudiésemos dejarlo a su libre interpretación, pero, sentimos que son momentos de manifestar nuestras verdades, mientras podamos.
Los partidos que hoy participan y siempre lo han hecho buscan desesperadamente optar por este “poder de nada”, logrando mostrar claramente por sus “costuras”, las búsqueda incesante de dinero, lo cual, depende su estabilidad económica directa como a los favorecidos que de una u otra forma “peñizcan” de las migajas que apenas dejan en el plato tales participantes. UNT, Avanzada, MAS, entre otros claramente quieren de esas migas sea como sea. ¿A quien realmente le hacen estos señores el favor? Ya sabemos estadísticamente y metodológicamente que a los ciudadanos no son los que se benefician, entonces, ¿Quiénes son lo que reciben las dadivas dulces del patrimonio público?
”El merito más grande es poder hacer daño y no hacerlo. Publio Siro.
DC / Dr. José Pons B / @joseponsb