Con la venta de pollo, chorizo y puerco sobreviven los comerciantes que dependían de la expedición de carne al público, tras implementarse la regularización de precios en Caracas.
En carnicerías de San José, Candelaria, Altagracia y Santa Rosalía algunos trabajadores solo venden mortadela, jamón, y huesos y chuleta ahumados a precios entre Bs 45 mil y Bs 170 mil el kilogramo.
Voceros del gremio informaron que la comercialización de la carne y el pollo pasará a manos del Ejecutivo. «Hemos visto a camioneros vendiendo pollo a precio regulado, todos con aval del gobierno. Mientras que la carne ahora se exporta sin importar el consumo propio», alertó Humberto Guillén, propietario de un frigorífico en la parroquia Santa Rosalía.
Reveló que con la regulación de los precios de la carne el producto pasó de costar Bs 6 mil el kilo en pie a Bs 15 mil. «La carne en canal costaba al productor Bs 28 mil, y se incrementó a Bs 35 mil», precisó.
Héctor Fernández, distribuidor, señaló que lo que realmente pasó en el país fue que el Ejecutivo reguló el consumo de la carne y pollo. «Eliminaron a los proveedores y dejaron a miles de trabajadores en el limbo, haciendo cualquier cosa para sobrevivir», enfatizó.
En otros expendios del producto en supermercados y pequeños abastos en los cinco municipios de la ciudad en algunos casos se consigue solo carne molida de res o de pernil.
«Tenemos hasta tres neveras apagadas porque desaparecieron el pollo y la carne. Otros colegas decidieron cerrar el frigorífico hasta enero de 2018 porque no tienen como cubrir la nómina, servicios y pago de impuestos municipales», informó Luis Vera, carnicero de Chacao.
Reconoce que como en todo país con regulación de precios siempre se crea un mercado negro que no cubre la demanda, pero que permite vender menos carne a precios reales. «Hay quienes la venden por redes sociales, y a domicilio. Otros simplemente tienen anuncios, pero nada de productos porque corren el riesgo de ser privados de libertad», agregó.
DC/EU