Este miércoles el exmilitar serbobosnio Ratko Mladic, conocido como el carnicero de Bosnia, fue sentenciado a cadena perpetua por la Justicia internacional, que le consideró culpable de crímenes de lesa humanidad y genocidio durante la guerra bosnia (1992-1995).
Mladic contribuyó significativamente a la eliminación de musulmanes y croatas de Bosnia entre mayo de 1992 y noviembre de 1995, tiempo que la Corte consideró demostrado que el acusado era el comandante en jefe de las fuerzas que ejecutaron los crímenes en Bosnia.
Este hombre era totalmente consciente de las deportaciones, las detenciones forzadas, los asesinatos y la persecución de musulmanes, según el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY).
La corte consideró que Mladic propuso y ordenó personalmente los bombardeos y disparos indiscriminados de francotiradores contra civiles en Sarajevo, ciudad que las tropas serbobosnias mantuvieron tres años y medio bajo asedio.
Su intención en Sarajevo, agregó el juez Alphons Orie, era destruir a los habitantes de la ciudad, impedir el acceso de los civiles al agua, comida y electricidad, y que estos vivieran en una situación de estrés y asedio que provocara el terror entre la población.
Con el asedio, se lograba un objetivo común compartido entre un grupo de criminales, dijo el magistrado que buscaba limpiar Sarajevo de la población musulmana perseguida por las tropas de Mladic.
Durante la sesión, y en el momento en el que Orie comenzó a leer las responsabilidades del acusado en los crímenes cometidos durante la guerra, Mladic pidió cinco minutos de receso para ir al baño.
El magistrado se los concedió pero los rumores sobre un agravamiento de su estado de salud comenzaron a generalizarse en la sala del tribunal porque después de más de 40 minutos, Mladic seguía sin regresar.
Cuando la corte pudo retomar la sesión, el equipo de abogados afirmó que su cliente sufrió una crisis de hipertensión y volvió a insistir en los riesgos de la sentencia para su salud, pero Orie negó un aplazamiento y dijo que seguía leyendo la sentencia.
Mladic comenzó entonces a gritar a los jueces, creando un momento de tensión en la sala, y Orie terminó por expulsarlo y pidió su traslado a una habitación contigua donde pudiera escuchar su sentencia.
El exmilitar sufrió múltiples ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares durante los últimos años.
Durante los cinco años que duró este procedimiento judicial, Mladic, de 74 años, siempre mantuvo su inocencia de todos los cargos que se le imputaban, y aseguraba que él no dio las órdenes mencionadas o que los soldados actuaban por su propia cuenta.
Se espera que Mladic presente recurso contra la sentencia de hoy. Este era el último gran juicio del TPIY, que cerrará sus puertas a finales de diciembre, aunque mantendrá en funciones una parte provisional que se encargará de los recursos pendientes de casos anteriores, incluido el del propio Mladic, si finalmente lo presenta.
DC/EC