Apenas 20 días después de haber salido de la cárcel, el hispano venezolano Yon Goicoechea inicia su campaña electoral. Estuvo detenido por más de un año y hoy habla con voz propia dentro de una oposición dividida a la que reclama la “obligación moral” de trabajar para liberar a los “presos políticos”.
EFE
Este abogado venezolano de 33 años salió de los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) el pasado 3 de noviembre, tras casi 15 meses encerrado, con la intención y “condición” de inscribirse como candidato a la elección de alcaldes que se celebrará el 10 de diciembre.
“Se me presentaron las dos opciones que tuve: (para salir de la cárcel) te vas del país o te quedas aquí a pelear políticamente por lo que crees, y yo estoy peleando políticamente por lo que creo”, afirmó durante una entrevista con Efe, en la que aseguró que su liberación fue decidida por el Gobierno de Nicolás Maduro.
Señaló que, a diferencia de las denuncias de otros opositores presos, durante su encarcelamiento no fue torturado, ni sufrió maltrato físico o verbal, pero cree que en su caso la agresión radicó en la decisión del Sebin de mantenerlo en una celda desoyendo el dictamen de un tribunal que pidió su libertad en 2016.
Los presos políticos “solo salen como producto de una negociación política” y “la oposición tiene la obligación moral de sacar esos presos (…) hay que hacer un enorme esfuerzo por sacarlos de allí”, dijo tras repudiar que estos casos sean usados como “pancartas” proselitistas.
De sus días en prisión cuenta que pasó la mayor parte del tiempo sin recibir la luz del sol o en “condiciones deplorables” que incluyen compartir el baño con 400 personas, diez días confinado en una celda de castigo y varias semanas en aislamiento.
“Es el tipo de experiencia que te hace más humano, salir con más ganas de trabajar. Si bien no se olvidan te hacen comprender a un nivel muy profundo que el odio es tremendamente destructivo y que yo nunca quisiera meter en esa celda en la que yo estuve a las personas que me metieron allí”, resumió.
Aunque no quiso revelar mayores detalles sobre quiénes trabajaron para su liberación para no afectar “otros procesos similares” en curso, agradeció, sin dar mayores detalles, al expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero por su rol de mediador a favor del diálogo político en Venezuela.
Goicoechea competirá por ganar la alcaldía de El Hatillo, uno de los cinco municipios que conforman Caracas y bastión opositor de clase media alta en el que nunca ha ganado el chavismo que gobierna Venezuela desde 1999.
Esta decisión lo ha distanciado de Voluntad Popular (VP), fundado por el opositor preso Leopoldo López, que como otros partidos opositores no participará en las votaciones de diciembre por considerar que el Poder Electoral actúa solo a favor del Gobierno.
Sin embargo, el opositor cree que sus diferencias con VP no son irreconciliables y que serán superadas tras la elección de alcaldes.
Goicoechea se refirió también a la crisis que atraviesa la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que en las últimas semanas no ha logrado concertar objetivos sobre la elección de alcaldes o el proceso de diálogo con el Gobierno.
Dijo que la MUD “explotó” por la falta de coherencia política y advirtió que si la oposición no logra reunificarse antes de la elección presidencial de 2018 “este país se va a la dictadura total, se cierra el círculo”.
Se hizo conocido en 2007 como líder del Movimiento Estudiantil que se opuso a la reforma constitucional del fallecido presidente Hugo Chávez y aún cree que el fin de la llamada revolución bolivariana es posible.
“Hoy entiendo que hay un sistema muy perverso que domina Venezuela, que involucra Gobierno, empresa privada, intereses internacionales, mafias (…) para desmontarlo hace falta una activación de la sociedad de un nivel que no se ha visto nunca en América Latina”, aseveró.
El abogado, que ganó en 2008 el premio Milton Friedman para el Avance de la Libertad en Estados Unidos, ahora comparte la idea de que las “guerras se ganan con estrategias”.
Finalmente agradeció a los expresidentes españoles Zapatero, José María Aznar, Felipe González y al actual gobierno de Mariano Rajoy por haber asumido una sola posición en su defensa, que incluyó otorgarle la ciudadanía el año pasado.
“Mi relación con España no es formal ni política, es de sangre, personal, muy profunda. Yo soy nieto de españoles, que España me tienda la mano es como que me la tienda mi abuelo desde el cielo”, agregó el opositor casado con una española.
EFE