Milicianos islamistas detonaron explosivos y abrieron fuego contra una mezquita sufista ubicada cerca de la costa del Sinaí en Egipto. El ataque causó el fallecimiento de 235 personas, además se reportaron 109 heridos por lo que se considera que es uno de los atentados contra civiles más mortíferos en la historia moderna del país.
Las acciones contra las mezquitas no son comunes en Egipto, donde el Estado Islámico ha atentado contra iglesias coptas cristianas y fuerzas de seguridad en los últimos años. El ataque contra la mezquita en Bir al-Abd, a unos 200 kilómetros al noreste del Cairo, conmocionó a la nación.
“No puedo creer que atacaron una mezquita”, dijo por teléfono un clérigo musulmán de Bir al-Abd, quien pidió mantener el anonimato por temor a las represalias.
A pesar de los recientes ataques en Egipto, donde los milicianos han explotado bombas causando la muerte de feligreses cristianos que estaban en las iglesias y también han disparado contra parroquianos en los autobuses, fue un ataque considerablemente despiadado.
Los responsables llegaron en vehículos todoterreno y primero estallaron las bombas, antes de comenzar a disparar conforme se escapaban, según reportaron los medios estatales egipcios. Un funcionario militar dijo que también hubo un atacante suicida.
Ahmed el Ansari, funcionario sanitario del gobierno, dijo en televisión que los perpetradores se quedaron cerca del sitio mientras llegaban los trabajadores de emergencia y volvieron a disparar, esta vez contra las ambulancias.
Muchos de los heridos fueron trasladados al hospital más cercano que está ubicado en El Arish, la principal ciudad del Sinaí.
“Tienen balas en prácticamente todas las partes del cuerpo”, dijo un oficial médico sobre las víctimas. Otros tenían quemaduras graves o perdieron extremidades por las explosiones.
“Estamos inundados. No sé qué decir, esto es una locura”, añadió el médico, quien pidió no ser identificado por temor a los milicianos y las fuerzas de seguridad.
Las personas presentes en la mezquita eran sufistas, que practican una forma mística del islam que algunos musulmanes ortodoxos y extremistas sunitas —como los integrantes del Estado Islámico— consideran una herejía.
El Estado Islámico había amenazado a varios sufistas en Bir al-Abd durante los últimos meses, según el clérigo musulman entrevistado por teléfono, pero nunca habían atentado contra una mezquita de la zona.
El presidente Abdulfatah el Sisi convocó a una reunión de emergencia de funcionarios de seguridad y decretó tres días de luto. Nabil Sadek, el procurador principal de Egipto, ya ordenó una investigación.
Las fuerzas armadas, que llevan años combatiendo una filial del Estado Islámico en el Sinaí, también declararon toque de queda en Bir al-Abd y en El Arish. La violencia se desató en el Sinaí egipcio después de que Sisi llegara al poder en 2013, tras una maniobra en la que fue depuesto Mohamed Morsi, presidente elegido democráticamente tras la caída de Hosni Mubarak e integrante de la Hermandad Musulmana.
En el último año, los milicianos del Estado Islámico han realizado varios ataques contra cristianos coptos en Egipto que han cobrado más de cien vidas. En octubre, Sisi hizo cambios en su equipo de seguridad después de que una emboscada en el desierto provocara la muerte de 16 funcionarios.
Ese ataque fue reivindicado por un grupo hasta entonces desconocido llamado Ansar al-Islam, que se cree que tiene vínculos con Al Qaeda.
DC | nytimes