El estrés se ha erigido como uno de los pilares más representativos de la vida moderna. En España provoca el 30% de las bajas y, según datos del INE, el 59% de los trabajadores sufre esta ansiedad en el entorno laboral. En este sentido, no sorprende que el trabajo, donde la gente pasa la mayoría de su tiempo, sea uno de los principales contribuyentes a una situación que ya alcanza proporciones de epidemia.
Los constantes cambios en el panorama laboral durante la prolongada y dolorosa crisis económica se han traducido en un incremento de la competitividad y de las exigencias para las organizaciones. Un cierto estrés dentro de nuestra zona de confort nos puede ayudar a actuar bajo presión y dar lo mejor de nosotros, pero cuando nos sobrepasa puede ser perjudicial para nuestra salud, humor, relaciones y calidad de vida en general. Esta situación puede generar altos niveles de presión en los trabajadores y propiciar errores en la ejecución de tareas (se calcula que puede bajar un 60% el rendimiento) y la aparición del insomnio o la depresión.
Los más propensos al estrés son los médicos, enfermeros, abogados, profesores y profesionales de los negocios
A buen seguro la mayoría consideramos que nuestro trabajo es demasiado exigente y estresante. Sin embargo, una nueva investigación realizada en Reino Unido (donde se reportan 1.610 casos por cada 100.000 trabajadores) demuestra que unos lo son más que otros. Según el estudio realizado por la Agencia Ejecutiva para la Salud y Seguridad que los más propensos al estrés y, por ende, a desarrollar estas patologías son los médicos, seguidos de los enfermeros, los que trabajan en el mundo del derecho, los profesores y los profesionales de los negocios. La carga de trabajo, los plazos ajustados, la responsabilidad excesiva y la falta de apoyo por parte de la empresa son los factores que más contribuyen a esta situación de cansancio mental. En cambio, aquellos menos estresados son los que realizan trabajos manuales, ya sea en una fábrica con maquinaria o utilizando herramientas de mano.
Los investigadores averiguaron que cuantos más trabajadores tiene la compañía, más aseguran sufrir esta dolencia. Además, las mujeres son significativamente más propensas al estrés rutinario. Si nos fijamos, los cinco trabajos antes mencionados suelen tener ser mayoritariamente femeninos, a excepción quizá del ámbito legal.
En concreto, un 61% más, siendo las de entre 35 y 44 años el grupo de edad al que más afecta. Por lo general, se debe al miedo a perder su posición social y al temor a que no ser les valore. Para los hombres, no obstante, la etapa más propensa es la que comprende los 45 y 54 años.
Cómo vencer al estrés laboral
La psicóloga Raquel Tomé expresaba en un artículo de esta sección que cada persona es un mundo a la hora de combatir el estrés: “Habrá quienes tengan que vencer el miedo de decir lo que necesitan por no generar un conflicto con su jefe o a que este le ponga mala cara, otros habrán de enfrentarse a sus propios límites o a no ser tan perfeccionistas si quieren avanzar, otros deberán aprender a decir «no» de forma asertiva o a delegar responsabilidades, otros tendrán que moderar sus ambiciones desmedidas si no quieren morir en el intento, otros su omnipotencia que les saca de los parámetros de la realidad, otros a que el miedo a no conseguir los objetivos les paralice, otros a que un mal jefe no socabe su sentimiento de valoración, otros a no querer hacerlo todo a la vez y manejar sus ansiedades, otros a no luchar contra lo imposible, etc”. Sea como fuere, el estrés o el síndrome del quemado son signos de que algo no funciona bien. Si es tu caso, es hora de plantarse una solución, por drástica que sea.
MSN