Mientras Kervis Albornoz Ortiz, de 14 años, caminaba por el frente de su casa en el sector Concepción Siete, parroquia Rafael Urdaneta del municipio Baralt, una serpiente rabo amarillo lo mordió. Los médicos de guardia del Hospital Doctor Pedro García Clara, en Ciudad Ojeda, no contaban con suero antiofídico para atender la emergencia, comentó el Capitán Luis Contreras, bombero del Instituto Nacional de Espacios Acuáticos.
Cuando Geydy Ortiz escuchó los gritos de su hijo abrió la puerta de la vivienda para saber qué había pasado. Halló al joven tendido en el suelo, de inmediato lo trasladó hasta el Centro de Diagnóstico Integral más cercano; ante la escasez de insumos médicos los galenos lo remitieron al Hospital Luís Razetti, en Mene Grande.
El dolor que tenía el infortunado en la herida se hacía insoportable, en el centro de salud carecían de antídotos contra la mordedura de las culebras, la única alternativa que les quedaba a sus familiares era llevarlo a Ojeda. Una vez en el hospital, la especialista notificó el caso a los bomberos del INEA, necesitaba las ampollas de sueros antiofídicos.
Jorge Fuentes, de 25 años, corrió con la misma suerte. Una serpiente rabo amarillo lo mordió, el pasado domingo en horas de la mañana, mientras realizaba deportes extremos en una montaña del sector Santa Eduviges, en municipio Libertador. Sus compañeros solicitaron el apoyo de los bomberos, protección civil y guarda parques.
El Capitán Contreras suministró los equipos de sueros antiofídicos necesarios para su tratamiento y posterior recuperación.
LV