Chiquinquirá Delgado ha hecho realidad uno de sus sueños más grandes: viajar a África. La presentadora venezolana y su hija, María Elena Dávila empacaron las maletas y se despidieron de la rutina para encontrarse con una de las experiencias más gratificantes de su vida, misma de la que han dejado rastros en sus redes sociales. A pesar de que el viaje de Chiqui apenas empezó este lunes, las anécdotas ya se han acumulado.
Desde su llegada al país africano, la presentadora obsequió a sus seguidores la postal de un bello paisaje lleno de matices y calma con el que confirmaba el destino al que se dirigía, después de haber dado una pista con una foto de Washington visto desde el aire. “África, al fin te veo”, fue su amigable saludo a este destino al que la acompaña su hija, y su novio, el periodista Jorge Ramos, quien publicó un video de la tradicional bienvenida de la gente de la región.
Sin tiempo que perder a pesar de los deseos de seguir contemplando la vista, Chiqui, María Elena y Jorge siguieron con su aventura por Ngorongoro Crater, en Tanzania, en donde recorrieron juntos las aldeas Masai, en las que conocieron el estilo de vida de la gente en ese país. Asombrada, Chiquinquirá quiso describir lo increíble que habían sido estas primeras horas de su viaje, pero en lugar de ello explicó sus sentimientos con una frase conocida: “Dicen que uno no es el mismo después de un viaje, aún más si se trata de África”.
Felices los tres, no paraban de impresionarse con cada detalle que encontraban a su paso, un camino en el que descubrieron que la química entre los seres humanos destaca a pesar del idioma, la distancia o las costumbres de cada país. María Elena fue la encargada de explicar más a detalle la aventura que acababan de vivir en esta villa. “Los Masai. Una de las 120 tribus de Tanzania. El líder de la villa que visitamos tiene 16 esposas y 91 hijos, ¡todos amables y hospitalarios!”.
Impresionadas, continuaron con su recorrido hasta llegar a una escuela de la tribu masai. Ahí, Chiqui descubrió que los pequeñitos, a pesar de no tener las mismas oportunidades que ella tuvo en Venezuela o de las que es testigo en Estados Unidos, siempre muestran la mejor actitud. Con ánimos de que sus seguidores valoraran los beneficios de sus vidas, explicó: “Así van los niños a la escuela en la tribu masai, no tienen ni siquiera zapatos, pero les sobra alegría y paz”.
DC | El Farandi