El 15 de enero, Venezuela sufrió un ambiento de conmoción nacional, cuyo impacto recorrió el planeta.
La noticia enlutecedora corrió como pólvora, se trato esta vez del joven piloto del CICPC OSCAR PEREZ, quien fue ajusticiado junto a José Díaz Pimentel, Daniel Soto, Abraham Lugo, Jairo Lugo, Abraham Agostini y Lisbeta Ramírez.
La hermosa, fría y apacible población del Junquito, ubicada en las afueras de Caracas, vivió momentos de terror, frente a la inmensa movilización de la GNB y la PNB; Todo ello lucia como un territorio en guerra.
Las redes sociales durante varias horas mostraban el video de Oscar Pérez informando paso a paso los acontecimientos señalando estar rodeados y su disposición de entregarse para someterse a la justicia.
Oscar asumió públicamente la responsabilidad de haber sobrevolado un helicóptero en edificaciones de los poderes públicos y la incursión en un comando militar para la sustracción de armas y municiones, resaltando que en ninguna de las dos acciones hubo muertos y heridos.
No se trata de hacer juicio de valor sobre los métodos de lucha de este impetuoso y valiente piloto. El Gobierno como siempre lo señalo de ser un terrorista implicado en una conspiración.
Esta operación militar y policial en lugar de desarrollarse en forma impecable para detener a los solicitados, está plagada de vicios, interrogantes y tropelías que avergüenzan al mundo civilizado.
La información que circulo era que el Presidente Maduro había ordenado respetarles su derecho a la vida y Oscar estaba dispuesto a entregarse; resultando una masacre con el uso desproporcionado de la fuerza, armas de guerra, y tiros de gracia en las victimas.
La versión oficial presentada por Reverol, con mucha demora, solo ratifica lo que todos intuíamos, una acción signada por el terrorismo de Estado. Es particularmente sospechosa la presencia de Heiker Vasquez, conocido colectivo del 23 E, ligado a Diosdado y Freddy Bernal, quien fue ultimado con un tiro de arma larga en la espalda, nos preguntamos ¿Que hacía en el operativo?, tiene 5 averiguaciones por presuntos hechos punibles, ¿Era funcionario policial con ese prontuario?, ¿Quien lo mato?, hay muchas versiones que apuntan a una orden por conflictos de negocios.
La masacre del junquito, fue una acción salvaje, alevosa y cobarde, que implanta en Venezuela la pena de muerte en el plano de los hechos, violan la Constitución, el estatuto de Roma, Ginebra y todo lo concerniente a Derechos Humanos.
El Gobierno ha sido tan estrafalario y discriminatorio que entrego el cadáver de Heiker Vásquez y el de Oscar y sus acompañantes los sometió a la jurisdicción militar para restringir la transferencia de la investigación.
La comisión designada por la A.N. ha trabajado intensamente; visitamos la morgue para afrontar el comentario sobre la intención arbitraria de cremar el cuerpo de Oscar Pérez sin consentimiento familiar y acudimos en medio de la lluvia al Junquito a constatar in situ el estado del bombardeado lugar de los hechos, la GNB nos bloqueo el acceso a los parlamentarios ¿Que pretender esconden ahora?.
El dolor no permite a muchos dimensionar la gravedad de las consecuencias del funesto precedente. Estas muertes no quedaran impunes; Venezuela y el mundo claman justicia.
DC / José Luis Pirela / Diputado AN por San Francisco– Zulia /Notas Progresistas / http://movimientoprogresista.org.ve / @joseluispirelar