En una habitación de cinco metros cuadrados aproximadamente y con una sola ventana se encuentran hacinados 21 procesados penales en el destacamento de la Policía Regional, ubicado en centro comercial Plaza Lago al lado de las Pulgas.
“Estamos pasando hambre, no tenemos comida, queremos que nos trasladen lo antes posible. Comemos conchas de plátanos para sobrevivir”, denunciaron a gritos varios de los detenidos que se asomaron por la ventana en la que cuelgan tres hamacas.
El cuarto de reclusión preventiva del destacamento policial se convirtió en una celda de cárcel, debido a que hay reclusos que tiene hasta un año detenidos y con proceso judicial abierto. Son los de mayor antigüedad los que gozan del privilegio para acostarse en las hamacas y percibir el aire fresco.
El resto de los reclusos duermen el piso, algunos en unas delgadas colchonetas. “Dormimos unos al lado del otro y de lado porque si nos ponemos boca arriba no cabemos”, soltó uno de los detenidos.
Ese no es el único grupo que permanece detenido en la sede policial. Un funcionario que prefirió no ser identificado, pero que manifestó su molestia, informó que cinco personas más ocupan el dormitorio de descanso de los oficiales. Se tratan de tres mujeres y dos menores de edad. “Queremos que los trasladen ya”.
La ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) denunció el hacinamiento de los centros de reclusión de Venezuela y que tanto cárceles como calabozos estatales y municipales que albergan aproximadamente a 85 mil personas, algunas de ella han muerto por desnutrición.
Según el último informe del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), 95 por ciento de los penales en Venezuela está en riesgo crítico; y el hacinamiento es una de las principales razones de la violencia dentro de las prisiones.
Iris Varela, ministra de Asuntos Sociales Penitenciarios, califica “falsas” las cifras de la ONG.
La Verdad