Síndrome de dependencia, es la actitud y creencia de que un grupo no puede resolver sus propios problemas sin ayuda externa. Es una debilidad que empeora con la dádiva o la caridad. Hay personas que tienen dificultades económicas y eso lo lleva siempre a necesitar la ayuda de los demás; es decir, siempre depende de los otros; consciente o inconscientemente quieren continuar dependiendo de otro u otros, para de este modo, suplir un lazo afectivo por otro de compromiso coyuntural y se convierte, en cualquier campo de acción y mucho más en el escenario político, en caldo de cultivo del control mental y de sumisión total. Ese síndrome de la dependencia es normal en las personas de bajos recursos económicos desde que el hombre tiene presencia física en el mundo terrenal; pero, los comunistas en su andar político – ideológico lo han acentuado y lo han utilizado para subyugar a esa población débil en su estructura mental.
En la mal llamada 4ta república se utilizó de manera casi imperceptible; el crecimiento y fortalecimiento de la clase media más importante del subcontinente lo impidió en gran medida. Con la llegada del “comandante eternamente enterrado” se impuso “sin querer queriendo”, el síndrome de la dependencia; éste se aprovechó con la utilización, de los recursos supermillonarios que recibió por los altos precios del petróleo, como un modo de idiotizar a las personas de bajo recursos y convertirlos en obnubilados seguidores de su ¿ideología?.
El engendro heredero continuó con esa malsana practica, pero las condiciones económicas tan precarias, por el manejo impropio de los recursos económicos y el robo descarado de los mismos, le está trayendo dificultad de cumplir con esa practica. El engendro no haya que prometerle a la gente para mantenerse en el poder, pero su promesa no es el estudio ni el trabajo; al contrario, es la acentuación del síndrome de dependencia. Se creó el carnet de la patria para acentuar el control social y político; de allí se reafirma la “caridad” y la dádiva: bono por guerra económica, bono navideño, bono de carnaval, bono por maternidad, bono por grupo familiar, chamba juvenil, y otros; en fin, lo que se persigue es controlar a todo el que recibe estos bonos con el único propósito de utilizarlos electoralmente.
Estas dádivas solo las reciben un porcentaje muy pequeño de la población; no les resuelve en lo absoluto su verdadero drama: hambre, miseria y muerte; sin embargo, se conforman con el dicho “comida para hoy y hambre para siempre” y son controlados como fin supremo de dominación; así lo vemos con los llamados CLAP que tienen tiempo sin recibirlo y salen a las calles a protestar por que los engañaron con esa dádiva, como ocurrió en diciembre y que va a seguir ocurriendo por una sola razón: Venezuela está en bancarrota.
Estos venezolanos conformistas, que se encuentran hambrientos, harapientos y al borde de la muerte, igual que el resto de los compatriotas que no la reciben, merecen un nuevo gobierno que de verdad trabaje por ellos; estas personas así necesitan fortalecer su autoestima, su confianza en ella misma y en la sociedad donde actúan de manera “pasiva”; necesitan tener fuerza de voluntad para liberarse de esas ataduras para poder crecer como individuo y prosperar en la vida.
Es vital, es urgente un cambio estructural de rescate de nuestra democracia y la institucionalidad republicana y para ello es necesaria una verdadera unidad, sin cortapisas y sin intereses bastardos grupales o partidistas; no podemos esperar, es ya.
DC / Prof. Marlon S Jiménez García / Profesor Universitario / Marjimgar54@hotmail.com