Con un CNE parcial, jugador profesional de trampas, y una ANC ilegítima, farsante y “plenipotenciaria” que hace lo que le ordena la dictadura, es casi imposible una salida electoral. Por su parte, la FAN pareciera estar lo suficientemente contaminada como para permanecer indiferente e inmóvil frente a la gigantesca tragedia venezolana o mutarse en violento monstruo represivo ante cualquier protesta.
Si esa es la realidad, la opción que le queda a los venezolanos demócratas, es solicitar ayuda a otros Países incluyendo la militar. Esto ya ha sido planteado y analizado y, lejos de ser una invasión enemiga, se trata de la respuesta lógica que daría un grupo de naciones amigas a otra nación que pide, desesperada y urgentemente, ayuda para poder salir de su infierno.
Pero una acción de este tipo es delicada y debe ser formalmente solicitada, acordada y coordinada. Para hacerlo el camino más contundente y seguro es redactar y ejecutar una hoja de ruta que incluye elegir a un presidente de la República para que luego éste, con la fortaleza de su legitimidad y al unísono con la AN y el TSJ en el exterior, también legítimos, soliciten la ayuda internacional.
Estos serían los pasos
1-Los partidos de oposición, conferencia episcopal, fedecámaras, colegios profesionales, gremios, ONG´s, universidades y un larguísimo etc. social firman un acuerdo para elegir un presidente como mecanismo para resolver la crisis y solicitar la ayuda internacional y restablecer la democracia en Venezuela.
2-Se elige a un candidato y se participa en la elección que convoque el CNE sin importar las condiciones. Se organiza el voto en el exterior lo acepte o no el CNE. Se anima a todos los ciudadanos a votar masivamente y en conocimiento pleno de la hoja de ruta acordada por la sociedad democrática.
3-El resultado electoral podría ser reconocido por el régimen y el candidato opositor electo tomaría posesión del cargo de presidente. Si, por el contrario, que será lo más probable, el proceso de elección o los resultados fuesen manipulados o viciados o se impidiese con cualquier artilugio o exigencia fuera de la Constitución que el presidente electo tomase posesión, el TSJ y la AN legítimos, luego de pronto análisis, lo nombrarían presidente de la República. De tal manera que independientemente de las trampas, maquinaciones o enredos que hiciera el régimen, Venezuela tendría, luego de esta etapa electoral, un nuevo presidente legítimo.
4-El nuevo presidente de la República, desde Venezuela o desde el exterior si fuese necesario, pasaría a ser el líder aceptado de toda la resistencia interna y externa. Organizaría la resistencia interna de cualquier nivel o tipo que se requiera y al mismo tiempo coordinaría y solicitaría la ayuda externa, incluyendo la militar, hasta que el régimen sea removido.
En nuestra opinión este plan unificaría fuertemente a toda la oposición alrededor de un único objetivo y con un plan concreto de altísimas posibilidades de éxito. También alejaría definitivamente a cualquier grupo “opositor” que, de no firmar el plan, se mostraría públicamente como ajeno al objetivo principal. Todos los electores sabrían que su voto tendría fuerza ganadora, lo que generaría un masivo nuevo entusiasmo y, como todos los líderes políticos invitarían a votar, habría una concurrencia extraordinaria.
Desde la firma del acuerdo, la oposición pasaría a dominar la agenda política. El régimen posiblemente trataría de posponer las elecciones o inhabilitar al candidato, pero cualquier torpe decisión de ese tipo haría más sencilla y pronta la solicitud de ayuda internacional. La AN, el TSJ y el candidato a presidente actuarían en sintonía para desbaratar cualquier tropelía y de igual manera se le nombraría como nuevo presidente de la República.
El candidato para esta muy difícil y extraordinaria tarea debe ser un político muy curtido, con experiencia de gobierno, de probada actuación frontal contra el régimen y como decían antes, “con tabaco en la vejiga”. Esto nos presenta claramente, sin desmérito de otros, a tres nombres, Diego Arria Salicetti, Enrique Aristigueta Gramcko y Oswaldo Álvarez Paz. Uno de ellos sería el líder del cambio.
Así, si sale Maduro.
DC / Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es