El régimen venezolano actual, se desnuda en República Dominicana, al colocarse definitivamente una careta de democracia que no le queda muy bien, pero que se ajusta a los ímpetus dictatoriales que manifiesta constantemente, así como también, a su papel anti histórico, hegemónico y militarista que ha conllevado al país a la mayor dependencia económica, al peor subdesarrollo sociocultural y a la inimaginable crisis humanitaria impensable nunca en Venezuela.
Las calles del país sienten el vacío de poder que reina en nuestra nación, la falta de gobernabilidad es el pan de cada día, el hampa desatada se asocia con el hambre, el desempleo, la insuficiencia de medicamentos, el endeudamiento, la entrega de nuestros recursos naturales a países como Rusia y China, a la migración de jóvenes talentos más violenta conocida históricamente en el continente, en fin a un holocausto que atenta contra la paz nacional.
El régimen no gobierna, «desgobierna” y se desvanece en su agonía.
En estas fiestas carnestolendas, reina el hambre, se siente la desilusión de la población, no hay alegría, sólo pesares, no hay entusiasmo, sólo angustia, rabia e impotencia, no hay “Rey momo”, lo único que prevalece es la desesperanza, la desilusión, la angustia colectiva, la preocupación latente en cada corazón de los venezolanos, sin distinción de raza, credo, religión o ideologías. Hay rabia, agrio malestar, absolutamente todos los sectores, incluido los chavistas, sufren del pesimismo al cual nos ha llevado la crisis que envuelve al país.
Venezuela se está movilizando porque sencillamente no quiere más a este régimen, lo detestan. La gente pide a gritos: “Cambiemos a Maduro.”
Hemos perdido el respeto a los derechos humanos, a las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones libres, justas basadas en el sufragio universal, directo y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; un mandato plural de partidos y organizaciones no políticas; así como la separación e independencia de los poderes públicos como lo vivimos en Democracia a despecho de la anti-política. Venezuela no debe ser sometida por un régimen con careta de Democracia.
El régimen se quiere disfrazar de Democracia, pero empuja al pueblo venezolano a un éxodo inhumano sin precedentes en nuestras propias narices, lo cual significa un verdadero genocidio, ante una crisis humanitaria que viola todos los derechos humanos principalmente el de la vida «sin comida y sin medicinas», además, no hay libertad ni de expresión ni de prensa, todos los medios de comunicación nacionales los tienen sometidos, oprimidos, casi desaparecidos.
Por todo eso, la gente sabe que el Socialismo del Siglo XXI como alternativa política es una terrible pesadilla, es el infierno en la tierra, agrava de manera exponencial todos los problemas del venezolano, fracasó estrepitosamente. Señores del régimen, ustedes los maduristas convirtieron esa idea del socialismo del siglo XXI en el peor de los experimentos que ha vivido Venezuela, su verdadero disfraz ideológico es la corrupción, la inmediatez, la ingobernabilidad, el hambre, el atraso, la dependencia económica, la paralización de la productividad, en fin, el peor modelo político ensayado en países de América latina y el mundo.
DC / Joaquín Chaparro / Ex Concejal de Maracaibo / @joaquinchaparro