Una constelación de países, organizaciones regionales y sub-regionales, instituciones representativas de América y Europa, Presidentes, Primeros Ministros, Parlamentos y organismos de derechos humanos, han copado la escena mundial, asumiendo con coraje y responsabilidad el rechazo a Nicolás Maduro y la dictadura instaurada por él en Venezuela. Las voces y acciones de la Unión Europea se han hecho sentir, no sólo desde el punto de vista de las denuncias contra el régimen que azota a los venezolanos y que los mantiene en condiciones infrahumanas y de secuestro, sino también desde el punto de vista de las sanciones contra un grupo de altos funcionarios, a quienes les han encontrado méritos suficientes, para ser acreedores de medidas sancionatorias drásticas, que van desde la expulsión de todas esas naciones, hasta la confiscación de bienes y recursos, que conforme a la normativa vigente en los 28 países que la conforman, son el producto de la corrupción, el tráfico de influencias, los sobornos, la violación de los derechos humanos, los crímenes de lesa humanidad y el lavado de dinero.
Similares actuaciones y sanciones han sido dictadas desde Las Américas, Canadá y Estados Unidos fueron los primeros en dejar al descubierto la olla podridade los 19 años de “revolución bolivariana”, altos jerarcas gubernamentales tanto civiles como militares son objeto de esas medidas profilácticas, los primeros encabezados por el propio Nicolás Maduro y su cofradía ministerial y los otros encabezados por los uniformados que han comandado y comandan la corrompida cúpula militar venezolana, quienes han sido objeto de medidas contundentes similares a las dictadas en Europa y que además incluyen revocatoria de visas y juicios abiertos, tanto por corrupción, como por narcotráfico; situación que mantiene aislado y acorralado tanto al presidente como al régimen deslegitimado que él dirige. Si a esta delicada realidad que mantiene en jaque y cercada a la tiranía madurista, se le agrega el nuevo y explosivo ingrediente que significa las últimas reacciones en cadena, del resto de las Américas o sea la del Centro y la del Sur, que rechazan categóricamente y desconocen a Maduro y la dictadura venezolana, por pretender perpetrar el asalto de las elecciones presidenciales, lo que ha conllevado a ser ignorado para la convocada Cumbre de Las Américas, no queda otra conclusión, que todos los países vecinos, encabezados por Colombia, Ecuador, Perú, Argentina, Brasil, Guyana, Chile, Paraguay, etc., le harán un Cerco Continental y aplicarán medidas y sanciones similares a las ya tomadas por Europa y Norteamérica, contra los responsables del colapso de la Nación, de la desgracia que vivimos y la crisis humanitaria que padecemos los venezolanos y eso servirá de base para el despertar nacional y el derrocamiento de la dictadura.
Por último, si la deslegitimación y la precariedad del régimen de Maduro es clara, evidente y comprobable, porque volverle a hacer el juego, validando y participando en un proceso, que puede ser calificado de cualquier cosa, menos de unas elecciones libres, transparentes y democráticas, porque desde su irresponsable e inconstitucional convocatoria, sabemos que es un vulgar fraude electoral, donde la delincuencia organizada del CNE, ya tiene los resultados prefabricados, tal como ocurrió en la montonera constituyente del pasado 30 de julio de 2017.
“Quienes defienden el derecho a la vida de asesinos, avalan la pena de muerte de ciudadanos inocentes”
DC / Lic. Pedro Segundo Blanco / Ex parlamentario del estado Sucre / petersecond1@hotmail.com / @pedrosegundoABP