Peruano deformó su cuerpo tras sumergirse a más de 30 metros de profundidad

La historia extraña de un pescador peruano cuyo cuerpo resultó deformado producto del síndrome de descompresión que padeció tras haberse sumergido en el mar a más de 30 metros de profundidad en búsqueda de mejillones.

Alejandro Ramos Martinez, apodado Willy por sus parientes, desfiguró su forma corpórea durante un accidente laboral que sufrió mientras buceaba en la corriente oceánica el pasado año: posterior a la sumersión de 36 metros, el hombre tuvo que ascender de manera repentina debido a la ruptura de la manguera que comprimía y le enviaba aire.

El vertiginoso ascenso causó que el nitrógeno – disuelto en el tejido grasoso por la presión en el fondo del mar – formara burbujas que le obstruyeron la circulación de la sangre: el elemento gaseoso se convirtió en grandes sacros dentro de su cuerpo, lo cual le ocasionó inmenso dolor e hinchazón.

Pese a la naturaleza mortífera de sus circunstancias, el viejo buceador sobrevivió, sin embargo, tuvo que pagar terribles costos: la estética común de su figura humana y el bienestar de su anatomía. Sus pectorales ahora están inflados de manera desproporcionada. Su espalda, caderas y muslos también presentan una proporción exagerada.

Willy habita una habitación en el Centro Médico Naval, luego de que la Marina de Guerra peruana haya ofrecido asistencia en la evaluación de su caso, pero por falta de dinero no ha podido recibir un tratamiento efectivo. El hombre está condenado a deambular las calles con su nueva figura hasta que reciba la debida ayuda.