Las autoridades de Nigeria llevan eludiendo responsabilidades desde la semana pasada, cuando 110 niñas fueron secuestradas de una escuela femenina de educación secundaria en Dapchi, un pueblo situado en el noreste de Nigeria, incidente por el que nadie parece asumir culpas.
Las estudiantes desaparecieron tras el ataque del grupo yihadista Boko Haram al colegio en el estado de Yobe el lunes de la semana pasada, sembrando una situación de incertidumbre en la que nadie parecía querer confirmar nada.
DC / EFE