Ismenia Soto, de 81 años, tiene 31 días hospitalizada en el Hospital Universitario de Maracaibo a la espera de ser operada de las caderas, pero hoy los médicos le avisaron que podrían darla de alta ante la indisponibilidad del pabellón por contaminación.
“Quieren cerrar el pabellón y quieren dar de alta a todos los pacientes. Los médicos dijeron que el pabellón estaba contaminado y estará cerrado por 45 días”, denunció Karilis Fernández, hija de Soto, quien hizo la denuncia en una protesta que hizo con otros familiares de pacientes afectados en la sede del hospital.
Son 38 pacientes que están recluidos en el piso 3 y esperan por cirugía, de los cuales 12 casos son por derrame cerebral. Todos los casos serían atendidos en el quirófano que está en el piso 5, uno de los dos que estaban operativos en el centro hospitalario.
“Primero nos decían que era por los insumos; compramos los insumos y hasta trajimos la sangre, y ahora, es que pabellón está cerrado”.
Fernández no tiene las posibilidades para pagar la operación de su madre. “¿Qué voy a hacer si le dan de alta? Yo creo que tendremos que agarrar la camilla y ponerla frente a la Gobernación. Ni siquiera tengo cómo trasladarla, porque para movilizarla debo pagar una ambulancia”.
A la señora María García ya la dieron de alta. La abuela de 70 años tenía dos meses hospitalizada a la espera de ser operada de una fractura en la cadera y en el fémur.
“No dijeron que el pabellón lo iban a cerrar por 45 días porque la caja de herramientas está infectada. El doctor me dijo que para qué iban a tener ahí acostada a mi mamá, que la llevara pa’ la casa y fuera cada 15 días por emergencia a consulta hasta que se pueda reprogramar la operación”, comentó Estéfani García, hija de la paciente.
Rosa González está en una situación similar. Su hijo corre el riesgo de perder la pierna. “El hijo mío tiene diez días hospitalizado con un hueco en la pierna. Me dijeron que si no lo operaba urgente le podían cortar la pierna. Un doctor me dijo que vendiera mi casa, que vendiera todo para curar a mi hijo, que no importa que me quedara en la calle”.
González es indígena de la Sierra de Perijá, en Machiques. “Yo no como porque no tengo plata, he pedido ayuda y nadie me ayuda. Si el gobernador Omar Prieto no me ayuda, voy a tener que ir a poner a mi hijo en el frente de la Gobernación”.
DC / El Pitazo