A diario los venezolanos no solo tenemos que lidiar con la escasez de medicamentos, la falta de alimentos, el alto costo de la vida, la inseguridad, el colapso de los servicios públicos sino que ahora se le suma la crisis eléctrica que nos deja a oscuras varias veces al día y nos impide vivir “con normalidad”.
Durante los últimos días, el colapso del Sistema Eléctrico Nacional ha arreciado en nuestro país. En el Zulia, las fluctuaciones eléctricas son una constante y los cortes eléctricos no programados desde finales de 2017 nos dejan a oscuras intempestivamente, y a partir de hoy nos racionarán la electricidad durante tres horas continuas al igual que en estados como Apure, Barinas, Mérida, Portuguesa, Táchira y Trujillo, regiones que desde el pasado 15 de marzo sufren racionamientos eléctrico de más de cuatro horas diarias.
Según cifras del Comité de Afectados por los apagones, desde enero hasta el 12 de marzo se contabilizan más de mil 979 fallas eléctricas en todo el territorio nacional sin que hasta el momento el régimen haya planteado una solución real a la crisis. Pareciera que los cortes eléctricos no programados o la dieta eléctrica, defínalo como usted prefiera, se ha convertido en una política de Estado más por ineficiencia y corrupción que por deseo de ellos mismos.
Durante años no se hicieron las inversiones necesarias sino que se propició la corrupción y es por ello, que el Sistema Eléctrico Nacional colapsa frecuentemente y es uno de los más abandonados del mundo.
No hay generación termoeléctrica, las líneas de transmisión no tienen capacidad para transportar energía eléctrica, no hay mantenimiento preventivo y correctivo por parte de Corpoelec a las subestaciones e instalaciones eléctricas, los circuitos están saturados, además la estatal eléctrica presenta problemas financieros.
El personal capacitado está emigrando, no hay herramientas ni equipos para trabajar, en los almacenes los inventarios de repuestos y piezas no existen, los vehículos de la empresa están desmantelados, éstas y muchas otras razones son la verdadera causa del caos eléctrico que vivimos en el país, no la “madre naturaleza, el sabotaje” o cualquier o
tra teoría de conspiración como quieren hacernos creer los personeros del régimen.
Hay una clara decadencia de nuestro Sistema Eléctrico Nacional, hace 20 años Venezuela tenía uno de los sistemas eléctricos más modernos de América y podíamos darnos el lujo de donar o vender electricidad a otros países, pero ahora la realidad es que no tenemos ni siquiera la electricidad suficiente para cubrir la demanda nacional.
Según cifras de la Asociación Venezolana de Ingeniería Eléctrica, Mecánica y Profesiones Afines (Aviem) en la región occidental del país hay un déficit de 82% de generación eléctrica, aproximadamente mil 928 megavatios, y el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, pretende seguir mintiéndole a los venezolanos con que el problema eléctrico se solucionará en 15 días. La implementación de un Plan de Administración de Carga en el Zulia nos demuestra que no tienen la capacidad para resolver la problemática eléctrica.
Durante los 19 años que tienen en el poder lo único que han hecho es mentir compulsivamente y culpar a la naturaleza de los problemas eléctricos para no asumir su culpa. Desde 2009 cuando fue creado el Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica han pasado seis ministros y ninguno ha sido capaz de presentar una solución al caos eléctrico más allá de hacer cortes eléctricos programados de dos o cuatro horas al día, cierres parciales de centros comerciales, reducción de la jornada laboral en las instituciones públicas a solo tres días por semana y cambiar el huso horario.
Los cortes eléctricos programados no son la solución adecuada para mitigar la crisis eléctrica se necesita invertir en la ampliación y modernización del sistema eléctrico, poner en funcionamiento las plantas térmicas y otros tipos de generación eléctrica para que podamos superar esta crisis o de lo contrario la oscuridad llegará para quedarse en Venezuela.
¡Fuerza y Fe Venezuela!