Desde hace dos meses, la localidad fronteriza de San Antonio del Táchira alberga en sus calles a venezolanos venidos de todas partes del país que intentan salir de Venezuela por la frontera con Colombia y no cuentan con los documentos mínimos necesarios para pasar a territorio neogranadino. El espacio es compartido con los criollos que fueron devueltos por el gobierno de Juan Manuel Santos a causa de permanencia y tránsito irregular.
“Su situación económica no les da para pagar un hotel o una habitación. El principal problema son las medidas económicas que lejos de mejorar la calidad de vida de los venezolanos, va en detrimento. Además de quedarse en las calles, están con niños de brazos y hasta mujeres embarazadas. Hay gente pernoctando dentro del cementerio. Imagínese usted la falta de salubridad”, dijo Carlos Chacón, concejal del municipio Bolívar.
Los comerciantes y habitantes de San Antonio del Táchira deben diariamente asear los umbrales y entradas de negocios y casas porque son usados como baños públicos.
“Gente haciendo sus necesidades fisiológicas todas las noches en las calles, en pleno centro de San Antonio. Todos los días los comerciantes y los vecinos tienen que salir a limpiar los excrementos de los venezolanos en situación de calle”, contó Chacón.
Denunció actuaciones irregulares por parte de los uniformados acantonados en la frontera para permitir su permanencia en la línea limítrofe.
“Los que siempre aparecen ‘atendiendo’ a estas personas en situación de calles es la Guardia Nacional. No para ayudar sino para sacarles el poco dinero que pueden hacer a diario. Los matraquean para que se puedan quedar y para no retirarlos de la calle, les cobran una vacuna”, dijo Chacón.
DC | El Nacional