Hay que comenzar a pensar en la siguiente frontera. Desde ayer está en el zurrón la serie de 38 partidos sin perder de la Real Sociedad de los ochenta. Aquel fue un récord épico, en un fútbol sin extranjeros, con futbolistas memorables.Una marca de varias décadas que ya comparte con el Barcelona de Leo Messi, empeñado en batir más y más desafíos. No es casualidad que los dos primeros tantos llegaran con su firma. De un plumazo alcanzó también a Ronaldinho, el anterior recórdman en goles de falta directa en una campaña, séis, y se colocó a una sola diana de Mohamed Salah para obtener otra Bota de Oro.
En media hora despachó Leo, o sea, el Barça, el duelo liguero. Rápido y contundente. Apenas pudo oponer resistencia el Lega, pese al orden del equipo de Garitano.No es sólo la precisión en el ataque lo que define al líder, aspecto fácilmente explicable con Messi y Suárez a su lado para aprovechar las ocasiones. Su extrema fiabilidad se explica por la seguridad para recuperar la pelota, aportación de Valverde.Ha aprovechado a Busquets para ello, obvio.Pero también ha sacado el mejor rendimiento de Rakitic y Sergi Roberto, excelentes donde les pongan.Ayer el croata fue pivote y el de Reus, lateral zurdo. Brillantes.
La esperanza del Leganés era aprovechar la bajada de tensión azulgrana en semana Champions, sobre todo por las dudas de funcionamiento colectivo despertadas ante la Roma. Sin embargo, el Barça entró al partido a todo trapo para regularse cuando lo tuviera controlado. Con Vermaelen, Coutinho, Dembélé y André Gomes como novedades, el refresco del once funcionó a gran nivel durante media hora. Cuéllar se empleó a conciencia para salvar un remate duro de ‘Cou’ y un remate a bocajarro de Suárez, habilitado por Messi en área pequeña. El argentino, liberado de caer a banda por los refuerzos de invierno, buscó la incursión desde la línea de medios. Salió a atajarle Siovas, al principio medido, después en falta. En el primer golpe franco, desde la izquierda, Leo tropezó en la barrera. A la segunda, al costado derecho, perfil para zurdo, colocó el interior, metió rosca y acostó la pelota en la red.
No cedió el líder tras el primero. Aprovechó el viento a favor y el bajonazo anímico pepinero para convertir un robo en la medular en el segundo. Robó Rakitic y cedió a Coutinho, que aguardó la diagonal de Messi. Buen pase y óptima finalización. Cuerpeó con Raúl García y batió a Cuéllar a la corta.
Fue entonces cuando se notó que se trataba de un partido de entreguerras. El Barça bajó las revoluciones al mínimo y dio por cerrado el encuentro. Es cierto que el Leganés durante esa primera media hora no dio sensación de hacer daño, pero fue creciendo poco a poco en el partido. Primero alcanzando área, aunque Amrabat volvió sobre sus pasos cuando la jugada pedía un remate. Y después del descanso, cuando entró Beauvue y lo primero que hizo el francés fue rematar de cabeza un gran centro de El Zhar desde la derecha.
El cambio de Garitano estiró al Lega, que es un equipo modesto pero bien trabajado. Con Gabriel en el eje y un buen despliegue colectivo alcanzó para activar el runrún en el Camp Nou. También contribuyó el desinterés de algunos azulgranas. Coutinho, por ejemplo, perdió dos balones seguidos y se desconectó del juego. El caso es que en una llegada esporádica por izquierda, mediado el segundo acto, Gabriel se encontró en ventaja y sirvió a la frontal para El Zhar, que descontó con un remate cruzado.
Para entonces ya había puesto Valverde a calentar a Alba e Iniesta, porque no le gustaba nada el panorama. Metió a ambos y con ellos el orden natural. La pelota volvió a ser azulgrana, y así se esfumaron las opciones de sorpresa.
Tal y como fue el partido, era de ley que Messi cerrara la cuenta. Lo hizo, además, coronando un buen servicio diagonal de Dembélé, activo en la derecha. Pidió el Lega mano del 10. Si la hizo, la escondió hasta de la tele. De Burgos concedió el tanto y allí acabó el partido del récord. El Barça de Messi buscará ahora la Liga perfecta, un campeonato sin derrota. Como Leo se lo proponga…
DC / Marca