Tonia Rossington, una empleada doméstica de medio tiempo, se cansó de lidiar con sus enormes implantes mamarios y decidió resolver el problema ella misma, al no contar con el dinero necesario para una intervención quirúrgica. Como sucede con millones de usuarios, la madre de tres niños encontró la respuesta en Google.
La mujer de 49 años estaba decidida a deshacerse de las siliconas, estaba muy arrepentida de haberse operado sus pechos, sin embargo, no contaba con las 3.000 libras necesarias para realizarse la operación. Incluso le escribió a su médico de cabecera para contarle que estaba sufriendo problemas de salud mental debido a los implantes.
El hombre le explicó que tal cirugía solo podría realizarse en el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido sólo en casos de urgencias. Fue entonces cuando la mujer sintió que la única opción era hacerlo ella misma y lo googleó, reseñó el diario argentino Los Andes.
Rossington deseaba con todas sus fuerzas sacar las siliconas de su cuerpo, según informó el medio inglés Daily Mail.
«Solo había una mujer que había intentado en Estados Unidos, pero sólo consiguió sacarse una antes de desmayarse y fue al hospital”, contó la mujer.
«Puse el hielo debajo donde está la cicatriz original. Levanté mi seno, mantuve el hielo allí durante cinco minutos hasta que no pude soportarlo más”, explicó.
«Después de un rato pellizqué la piel y no pude sentir nada. Saqué un cuchillo e hice una pequeña incisión en el tejido cicatricial original y no pude sentir nada. Pensé ´Oh, esto no duele. ¡Genial!´»
«Luego llegué a algo que parecía un bolsillo, sobre el cual había leído. ‘Obtiene un bolsillo en el pecho que se forma alrededor del implante´. Llegué a eso y pensé: ´Tengo que superar esto ahora´».
«Conseguí un poco de gasa y agarré el implante y fue entonces cuando me di cuenta de que estaba roto”, continuó. «Cuando lo saqué, un trozo se desprendió de mi mano y fue entonces cuando entré en pánico. Pensé ´Tengo que sacar esto de mí ahora. Tengo que hacer esto´», dijo.
“Había silicona en todas partes. Mientras lo estaba jalando, se estaba convirtiendo en papilla´”, contó la mujer horrorizada. «Había toda esta gelatina, que era mi tejido graso”, contó.
Luego respiró hondo e hizo lo mismo con el implante izquierdo, que estaba intacto y salió de inmediato. Rossington improvisó apósitos debajo de sus senos y se dirigió al hospital Pilgrim en Boston, Lincolnshire.
DC | Agencias