Extensos apagones han arreciado en los últimos días en el Zulia, alterando el normal funcionamiento de los servicios. Están afectadas las telecomunicaciones, el transporte público, la distribución del agua, el acceso a la salud y a la educación en todos sus niveles académicos.
Al ausentarse la luz, las telecomunicaciones fallan ipso facto. Los usuarios denuncian que quedan sin señal de telefonía móvil e incomunicados cada vez que hay cortes de luz, pero una vez que retorna la electricidad las fallas persisten.
“En la zona norte estamos sin servicio de cable y la señal de las tres operadoras nacionales no funcionan bien”, rechazó Harold Valencia, comerciante.
La misma afectación la vive el sector comercial, ya que las líneas de los puntos de venta sufren constantes caídas y dejan de operar en una jornada completa, bajando las ventas en los locales.
Los centros de salud se suman al problema. Las consultas, e incluso la entrega de resultados de exámenes médicos, son postergadas por la falla en el servicio. Pacientes dijeron que en varias clínicas de la zona sureste de la capital zuliana el personal médico no pudo brindar la atención por falta de luz.
Hospitales como el Chiquinquirá y el Universitario cuentan con plantas eléctricas para paliar la afectación, mientras que en el Hospital Central la falta de combustible deja a médicos y enfermeras de brazos cruzados.
Por otro lado, el Metro de Maracaibo sale fuera de servicio cada vez que hay un apagón. A la deriva quedan miles de usuarios que hacen uso del medio de transporte para trasladarse hacia sus puestos de trabajo, centros educativos y hogares, causando sobrecarga a la ya colapsada red de transporte público.
Desde temprano en la mañana, es agónica la interminable hilera de usuarios a la espera de escasas unidades que no dan abasto para contener a las personas que esperan horas para lograr su traslado. La situación empeora en la tarde y en horario nocturno.
“Ayer pasaban buses y tuve que caminar mucho de San Jacinto a Delicias Norte, allí conseguí bus hasta el centro, para esperar una hora parado y bajo el sol que estaba insoportable para esperar un carrito de Socorro, llegué a casa de mi hermana y no había ni luz ni internet”, relató Daniel Ríos, vendedor.
Las colas para echar gasolina se vuelven insoportables. Hasta 30 carros en seguidilla esperaban desde tempranas horas en la mañana para tanquear. Las largas líneas se mantienen en crecimiento debido a que las estaciones que no tienen autogeneración eléctrica no tienen más remedio que cerrar.
El servicio del agua se alejan de los hogares al presentarse las fallas eléctricas. Así lo indicó Danny Pérez, expresidente de la Hidrológica del Lago de Maracaibo (Hidrolago), explicando que al no haber electricidad, se paraliza el bombeo de agua, resultando en la dificultad para suministrar el servicio.
El sector educación también se ha visto afectado. El ausentismo escolar se pronunció esta semana. Los niños no descansan bien, por lo que los padres se abstienen de enviarlos al colegio, situación que trastorna la etapa de aprendizaje de los pequeños.
En el Joaquín Piña los salones estaban ayer lejos de llenarse. Igual caso padecen los estudiantes de La Universidad del Zulia, donde alumnos dijeron que han faltado a clases por la dificultad para transportarse, en primer lugar, y segundo porque quedan agotados tras las noches en vela. Dijeron que los docentes viven la misma situación, lo que altera el cronograma académico.
DC / Panorama