Un año y 20 días habían pasado de aquel Lunes Santo, cuando recibió junto a su esposo la noticia de la muerte de su hijo, mientras estaban en la casa de playa en Chichiriviche, donde Daniel llegaría tres días después, según lo habían acordado.
Al llegar a Valencia, se encontraron el cuerpo del joven de 19 años en una camilla en la morgue, tras convertirse en el asesinado número uno en Carabobo y el segundo en Venezuela como consecuencia de la represión de cuerpos de seguridad en las protestas pacíficas de 2017.
Daniel era hijo único y estudiaba tercer año de derecho en la Universidad Arturo Michelena. Sus libros aún se mantienen sobre el escritorio de su cuarto, junto a un bate de béisbol. En las paredes hay gorras de los equipos de ese deporte a los que había pertenecido en Valencia y afiches de Pablo Sandoval, Félix Hernández y Miguel Cabrera.
Esa noche del 10 de abril los vecinos de Los Parques salieron a protestar con pitos y cacerolas. Lo hicieron desde la parte interna del urbanismo privado, dentro del portón principal. En principio solo eran mujeres y niños gritando consignas.
Después se le sumaron jóvenes y hombres. A pocos metros de la entrada principal de las residencias había un módulo de la Policía de Carabobo, que no estaba amenazado por la manifestación. Tampoco lo estaban los funcionarios, ni vecinos, e incluso no estaba obstaculizado el paso. Pero eso no importó.
Cerca de la medianoche un grupo de cinco uniformados llegó en una patrulla, y en medio de la oscuridad comenzaron a disparar sus armas de reglamento hacía la protesta. Todos corrieron. Pero una bala impactó al cuello de Daniel y lo mató.
Por el caso hay dos funcionarios detenidos, uno de ellos es Marcos Ojeda, acusado de ser quien disparó el arma homicida, quien se encuentra en un calabozo de la comandancia general de la Policía de Carabobo, desde donde lo dejan salir a su casa, según denunció la abogada Grace Rodríguez. “Él está en las calles, entra y sale de la Navas Spínola mientras Daniel está en el cementerio, y ni los tribunales ni la fiscalía responden. Eso fue lo que terminó de acabar a Gleniz”.