La situación obligó a la suspensión de la entrega de los bonos, la primera gran respuesta de la comunidad internacional al delicado estado alimentario del 90 % de los cerca de 35.000 venezolanos que cruzan a diario la frontera con Colombia en busca de oportunidades.
El coordinador del Centro de Migraciones, Franklin Díaz, aseguró a RCN Radio que la decisión se tomó porque mucha gente, “sobre todo colombianos”, entraron “en caos y se llenaron de rabia al ver que la mayoría de la población que se iba atender era venezolana”.
En un punto de entrega ubicado en un centro religioso del barrio Aeropuerto, en donde hicieron fila decenas de personas, algunas de ellas se enfrentaron.
“Todo es un desorden, no ha habido colaboración entre nosotros mismos”, aseguró a Noticias Caracol Fanny Fontalvo.
Según contó a Efe Juliana Gélvez, una de las voluntarias del PMA, el miércoles pasado ocurrió lo mismo y a la zona en donde se iban a entregar los bonos llegaron personas que no habían sido citadas pero que querían hacerse de uno de ellos.
Agregó que otros arribaron sin saber que para acceder a este beneficio deben tener hijos menores de cinco años y estar en estado de vulnerabilidad.
Con esta iniciativa, el PMA busca llevar apoyo a 350.000 venezolanos de los cerca de 660.000 que, según las estadísticas oficiales, se encuentran actualmente en territorio colombiano.
El objetivo del plan es reducir los riesgos de que se genere una crisis humanitaria debido a temas de seguridad alimentaria, nutricional y de salud en las zonas fronterizas.
El proyecto tiene un presupuesto de 46 millones de dólares con los que irán atendiendo de manera progresiva a los venezolanos que están en Colombia hasta llegar a los 350.000 que tienen previstos.
Próximamente, el PMA llevará esta iniciativa a los departamentos de Arauca y La Guajira.
La Patilla