Carlos Alvarado Quesada se convirtió esta mañana en el presidente número 48 de Costa Rica, siendo uno de los presidentes más jóvenes del país al tener la edad de 38 años. En la Plaza de la Democracia el presidente saliente, Luis Guillermo Solís Rivera, le entregó la banda presidencial.
En su primer discurso, Alvarado Quesada sostuvo que es necesario del trabajo de todos los costarricenses, además de que su administración dará los pasos correctos para avanzar dinámicamente. “Nuestras herramientas serán trabajo en equipo, seguimiento feroz, agilidad y honestidad. Siempre pensaremos en la mayoría, con especial énfasis en los más necesitados”, expresó.
“Debemos resolver de una vez por todas los riesgos que conlleva el tener un alto déficit fiscal. Esta será la quinta administración que de manera sucesiva tendrá que lidiar con este tema, con una diferencia radical con relación a las cuatro anteriores: el tiempo está a punto de agotarse para hacer esta reforma. Y eso pone en riesgo a la nación de cara a sus 200 años.
Asimismo, el presidente costarricense reconoció la complicada situación fiscal que vive el país debido a que el actual déficit fiscal excede el 6.2% del Producto Interno Bruto (PIB).
“Es necesaria la aprobación de un proyecto de ley en materia fiscal, como el que tienen en conocimiento las señoras y los señores diputados. Me dirijo a ustedes representantes populares del legislativo, y lo hago con afecto patrio: les pido analizar este proyecto y avanzar con el mismo de manera oportuna y ojalá pronta, para contar con su aprobación. De ello depende el futuro de este país y el bienestar y tranquilidad de todos los hogares costarricenses”.
Agregó que será primordial fortalecer la seguridad ciudadana y para ello trabajarán desde la prevención. Además, habló de reducir el hacinamiento carcelario y trabajar en formas de reinserción.
“El empleo dignifica al ser humano, y es en el trabajo que está la razón de nuestro éxito. Pero el desempleo en Costa Rica se mantiene en un 10% que genera desvelo y dolor en muchos hogares, en jóvenes, mujeres, personas LGBTI, personas mayores de 40 años y personas con discapacidad. También el desempleo tiene una faceta de desigualdad, principalmente territorial”.
DC | Forbes