Cuarenta pavos emitían sus graznitos desde un árbol mañana, tarde y noche, causando la desesperación de los vecinos de un barrio de Vancouver, Canadá.
El sonido no dejaba dormir a nadie y los vecinos solicitaron a las autoridades que se llevaran a las molestas aves pero se negaron.
Finalmente, el hombre -cuyo nombre se desconoce- cortó el árbol para librarse de los pavos.
Sin embargo fue multado con multado por el gobierno.
DC / UNO