La fiesta estaba buena, pero al parecer lo sacaron a punta de disparos. Freddy Alejandro Altuve Cabrera, de 27 años, fue asesinado ayer a las 4:00 de la mañana después de recibir tres tiros cuando salía de una rumba en San Francisco, al oeste de Barquisimeto.
Un familiar de la víctima comentó que el viernes a las 9:00 de la noche Freddy se “pulió” para salir. Escogió su ropa más pava, se bañó y se perfumó. Le dijo a su esposa que caminaría sólo tres cuadras para ir a una fiesta con unos amigos.
Según uno de sus panas, ellos compraron una botella y se fueron a la rumba en una casa cercana. Los vecinos comentan que desde las 10:00 de la noche sonaba el reggaetón de moda a todo volumen, así que dijeron que la fiesta “estaba bien buena”.
Pero a las 2:00 de la mañana se escucharon los primeros disparos. Una chamita que estaba en la fiesta dijo que en ese momento le bajaron volumen a la música, pero que nadie dejó de bailar. Los más jovencitos se fueron a sus casas al ver que eran tres chamos disparando al aire. No sabían si estaban amenazando a alguien.
Luego, a eso de las 3:00 de la mañana se escuchó la otra ráfaga de tiros. A los 50 minutos comenzaron a disparar muchas veces. Allí en ese momento fue cuando vieron correr a Freddy por la carrera 7A con calle 3 de San Francisco. Iba para la casa donde estaba viviendo alquilado con su esposa. Pero media cuadra antes, sus agresores lo alcanzaron propinándole los tres disparos por la espalda.
Los tres plomazos se escucharon tan fuertes y secos que la esposa de Freddy se asomó por el segundo piso de la casita alquilada y vio cómo el chamo agonizaba por los tiros.
Cuando llegó para asomarse ya Freddy había muerto. Los amigos que andaban con él lo dejaron solo también.
El cuerpo de Freddy quedó tendido bocarriba, vestía una chemise blanca de rayas rojas y estrellas azules con un pantalón color crema. A las 6:00 de la mañana, después de que los gritos de la esposa habían pasado, salieron los vecinos para ver a quién habían asesinado.
Dijeron que Freddy tenía poco tiempo viviendo en la zona y no lo conocían. Nadie quería hablar mucho, pues dijeron que temían a represalias por parte de los hampones de la zona.
Contaron que cada vez que hay una rumba en el sector termina a tiros, pero que tenían tiempo sin ver un crimen por la zona. De Freddy no se supo mucho, pues su esposa estaba molesta y decía que no quería dar declaraciones. Al ver que estaban recogiendo el cuerpo del suelo, se fue a resguardar en la casa donde vivía con Freddy y no quiso salir.
Los amigos del joven aparecieron en el sitio y no quisieron tampoco decir quiénes habían sido los asesinos del chamo. Supuestamente, no le robaron tampoco ninguna de sus pertenencias, por lo que el Cicpc presume que sea una venganza, desconociendo los motivos.
DC / La Prensa