Un poderoso antioxidante, contenido en un polvo naranja, puede rescatar tu piel de problemas de acné y arrugas, e incluso, ayudarte a recuperar la pérdida de luminosidad.
La cúrcuma es una hierba medicinal antiinflamatoria utilizada en la medicina ayurvédica y china, con beneficios incontables. No sólo es auxiliar en las funciones cerebrales relacionadas con la memoria, combate el Alzheimer, protege contra el cáncer, mejora la digestión, regula el metabolismo y la salud de los órganos del cuerpo, también es extraordinaria en tu rutina de belleza. ¿Cómo implementarla?
La cometóloga Yulianna Pardo lo explica:
Para combatir el acné
Son muchas las defensoras del uso de la Cúrcuma Longa o salvaje en mascarillas naturales para combatir el acné, pues su uso tópico reduce la inflamación y el enrojecimiento provocados por los brotes severos. El caso de la modelo Brianna L., ha causado impacto y en su cuenta de Instagram (@briannagabrielaa) está la prueba de que funciona en un cutis con imperfecciones. Aquí, su ritual beauty:
1. Limpia su rostro con aceite puro de jojoba, que después retira con una toalla facial para eliminar restos de oleosidad.
2. Se aplica una mascarilla (una vez o dos por semana) elaborada con miel, media cucharadita de cúrcuma y una pizca de canela, la deja reposar alrededor de una hora. La miel y la cúrcuma aportan propiedades antibacterianas y antiinflamatorias para calmar el problema de acné, la canela mejora la microcirculación sanguínea.
3. Emplea un suero hidratante. Brianna prefiere uno natural con extracto de rosas, al que le añade unas gotitas diluidas de aceite de lavanda.
Luminosidad inmediata
El uso de la cúrcuma también puede ayudarte a revelar un mejor tono. Sus ventajas iluminadoras la hacen un ingrediente muy especial en mascarillas, ya que logran combatir la opacidad y reducir las manchas.
En combinación con otros agentes como la vitamina C o alfa-hidroxiácidos, resulta una excelente alternativa para lucir una piel suave, resplandeciente y llena de vitalidad. Lo cierto es que, aunque es un cúmulo de bondades, no es recomendable su uso durante el embarazo y la lactancia.
Reduce las arrugas
Sus ventajas antiedad están respaldadas por estudios que la colocan en un lugar privilegiado para combatir la aparición y profundización de arrugas cutáneas. Según un estudio realizado por el departamento de biomedicina funcional de la Universidad Ehime (Japón), previene y repara los daños causados por los rayos ultravioleta B, hacen que la dermis presente arrugas y pierda elasticidad. Así, consumida dos veces por semana (1000 mg/kg) mejora los signos de la edad.
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