No había partido ni escenario más grande. Los dos gigantes de la Conferencia Oeste frente a frente en una serie que cambió por completo tras el cuarto y que se jugaba ya al mejor de tres. Los todopoderosos contra los valientes. Los Warriors contra los Rockets. Y un match ball en juego con las Finales como premio. Uno de esos partidos…
Y así fue desde el principio. Intensidad, estrategias… Los Rockets salieron como un vendaval, defendiendo de lujo y atacando aún mejor, pero fallaron demasiado. Una piedra sobre sus hombros durante todo el partido…
«¡Tendrían que estar más de 10 puntos arriba!», gritaba Reggie Miller desde su posición de comentarista. Los Warriors estaban perdidos en la intensidad del partido, pero los Rockets fallaban todos los triples abiertos y no conseguían romper el marcador. Después de seis errores (0/6 en los triples), uno de Ariza y dos aciertos fantásticos en movimiento de Gerald Green. El Toyota Center estalló.
La defensa y el rebote de Tucker volvieron a ser un factor diferencial en el quinto. Veíamos a los campeones empantanados, viviendo quizás sus peores momentos de la eliminatoria (29% en los tiros, muchas pérdidas…). Pero con un par de canastas de Durant y, sobre todo, un capote importante de los Rockets (que no paraban de tocar hierro), estaban ahí al final del primer cuarto (sin un solo puntos de Curry o Klay Thompson), mejoraron algo en el segundo y empataron el partido al descanso. Que viene el coco…
Los secundarios de los Rockets se habían salido literalmente en la primera mitad (la mejor de la serie para Clint Capela), pero entre Harden y Paul sumaban cuatro aciertos en 20 intentos… En el segundo cuarto aparecieron los Splash Brothers y Klay dio la primera ventaja del partido a los Warriors en la primera posesión de la segunda mitad. Los primeros compases del tercero fueron quizás los mejores momentos de los Warriors, pero, mientras Harden seguía fallando (0-8 en los triples, acabó con un 0/11 que es su peor marca de siempre), Chris Paul se sacudió de encima su horrible primera parte (dos puntos) y empezó a sumar… Sumó tanto que mantuvo el duelo empatado. Dos primeros triples aprovechando el mismatch contra el grande (Kerr se vio obligado a sentar a David West…), un tercero increíble y un cuarto de auténticos locos.
71-72 Warriors se llegó al final del tercero, con los Rockets anotando el 28% de sus triples pese a la exhibición de Paul (acabó con 20 puntos) y Harden fallándolo prácticamente todo. El peso de Durant caía con los minutos (29 puntos, pero 8/22…), Klay anotó varios tiros importantes (23 en 8/14) y Curry también apareció (22 en 8/17). Pero cada uno por separado. Cada uno la guerra por su cuenta. Sobre todo Durant, que acabó con cero pases de canasta por segunda vez en la aliminatoria (Game 2).
Paul y un sobresaliente Eric Gordon (por inconsciente también: 24 puntos, los fallos no existen en su cabeza) atacaban a los grandes, cargaban contra la canasta rival. El Sexto Hombre clavó también un triple clave a minutos del final, pero Draymond Green respondió por sorpresa con cinco puntos consecutivos y vuelta a empezar… 95-94 Rockets y varias posesiones por jugar.
Mucho cansancio, mucha intensidad. Cero acierto. Los Rockets no cerraron el partido (muertos), perdieron a Chris Paul por el camino (lesión en la parte posterior del muslo… No es la primera vez) y los Warriors no aprovecharon la oportunidad final. Era definitiva…
Los Rockets ganaron un partido en el que Harden falló los 11 triples que intentó (iguala la peor marca de la historia en playoffs) y el equipo en general no estuvo mucho mejor: anotó el 30% y solo el 37% de sus tiros… Pero cómo defendió. Y los Warriors, que perdieron 16 balones en el cuarto, volvieron a las andadas en el quinto: 17 pérdidas de balón, la última a menos de tres segundos del final con posesión para ganar el partido…
Poca conexión entre Durant y Curry (poca por decir algo: la baja de Iguodala…) y, por primera vez desde que el alero juega en Golden, contra las cuerdas… Eso sí, habrá que esperar a las pruebas (el sexto se juega el sábado y el séptimo el lunes), pero la lesión de Chris Paul puede volver a cambiar la dinámica de una eliminatoria que no está decepcionando. Más bien todo lo contrario…
DC / As