Una tensa calma se sentía en los pasillos del hospital Doctor José Gregorio Hernández ubicado en Los Magallanes de Catia a eso de las cinco de la tarde de este jueves. En el piso 3, donde las madres recién dadas a luz reposan con sus bebés, se vivió un hecho nunca antes visto en el centro: dos mujeres intentaron robar a uno de los neonatos.
Ya no quedaba visita en el servicio de neonatología; es un pasillo largo y en cada habitación solo estaban madres e hijos. Una de ellas estaba comiendo un mango para alimentarse, al terminar, salió al pasillo para botar la concha de la fruta, pero al regresar no estaba su bebé. Nerviosa, le preguntó a la otra madre con la que compartía cubículo: “¿Dónde está mi hijo?”, a lo que respondió con asombro: “Pensaba que lo tenías tú o uno de tus familiares. Fueron esas mujeres que se lo llevaron, corre, corre”.
Esta otra madre contó un poco tartamuda por el miedo que también la embargó que vio una sombra pasar rápidamente; ella estaba de espalda atendiendo a su bebé y pensó que era uno de los familiares que había entrado a la habitación. Los gritos de la joven madre desesperada hicieron eco en el piso 3 y en todo el hospital: “Mi hijo, mi hijo, se lo llevaron”,gritaba desplomada de solo pensar que no lo volvería a ver, el resto la veían perplejos, no había nada que la calmara.
Afortunadamente no tardó en notar que su bebé no estaba en la incubadora; y en cuestión de minutos, tanto el personal como el resto de pacientes y familiares salieron a ver qué ocurría y a auxiliarle. Fue un momento de angustia que salpicó a todos los presentes, nadie comprendía cómo estas mujeres pasaron desapercibidas y no hubo ningún personal de seguridad que las detuviera.
En paralelo, las raptoras iban caminando con apuro, de lejos se escuchaban los gritos; ya convertido en escándalo, todos corrían quien sabe a dónde, buscando señales del bebé. Uno de los familiares observó que aquellas mujeres acomodaban con sospecha un bolso que cargaban en sus manos, guardaron algo y vio que había cabello, fue allí cuando cayeron en cuenta y un trabajador con sus manos las detuvo y arrinconó, también les pidió que lo abrieran y se negaron.
“¿Por qué me vas a revisar mi bolso. Tú eres loco chico?”, dijo una de las mujeres, con actitud de arrogancia que aumentó la sospecha. Allí venía la madre del recién nacido, corriendo y abrumada por la situación; cuando justo llegó a ese punto, su hijo entró en llanto y fue así cómo no pudieron ocultar, que aquel bebé de apenas 48 horas de nacido fue robado de la habitación y metido en ese bolso, por estas mujeres.
Paradójicamente eran madre e hija, algunos dicen que había una tercera con ellas, pero nunca la encontraron. La madre tomó a su bebé y entró en shock, duró un rato en silencio, sin emitir ni una sola palabra, solo lo abrazaba, hasta privarse a llorar. De no haber sido capturadas antes de bajar las escaleras su realidad hubiese sido otra, solo repetía una y otra vez que no quería estar en ese lugar.
Lo que era un escenario de soledad minutos antes, se convirtió en una multitud indignada y con temor por lo ocurrido. El personal de seguridad se sintió burlado, y entre pasillos comentaron que tenían días viéndolas pero pensaban que se trataba de familiares. Algunos querían tomar las justicias por sus manos, los gritos se multiplicaban y el miedo era mayor.
Los pocos milicianos que custodian el centro a diario, no pudieron hacer más y llamaron a funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) para que se encargaran. Las bajaron esposadas mientras eran vistas con el desprecio de todo el hospital, les tomaron fotos y grabaron, entre voces repetían que debían dar a conocer sus rostros para que no le desgraciaran la vida a ninguna familia.
Aunque se las llevaron en una patrulla y no lograron robarse al bebé; el resto de las madres de inmediato llamaban a sus familiares pidiendo que las fueran a buscar o que las dieran de alta; ninguna estaba dispuesta a pasar una noche en el hospital después de lo ocurrido, no sabían si había pasado antes, pero tampoco estaban dispuesta a esperar que pudiese repetirse.
Puestas a la orden del Ministerio Público
Horas después el hecho fue publico y notorio, Douglas Rico, director del Cicpc, dio a conocer que las mujeres fueron capturadas bajo el delito de trata de personas, fueron identificadas como Rosa Del Valle Velasco Colmeras (62) y Jeniffer Nohelia Velasco (37).
“Gracias a una denuncia interpuesta por parte de la víctima y la rápida acción realizada por sabuesos de la Sub -Delegación Oeste, se logró rescatar a un neonato de 48 horas de nacido. Durante las pesquisas se pudo conocer que dos mujeres ingresaron a las instalaciones del Hospital José Gregorio Hernández, ubicado en la calle real de los Magallanes de Catia, específicamente a la sala de neonatología, quienes aprovechando un descuido del personal de seguridad se estaban llevando dentro de un bolso tipo maleta a un neonato de 48 horas de nacido, por lo que comisiones de este despacho se trasladaron al lugar y logran la detención de dichas ciudadanas, en momento que trataban de huir por los lados del estacionamiento”, indicó a través de sus redes sociales el comisario.
Asimismo, destacó, que lograron rescatar al neonato sano y salvo, pero de igual manera fue puesto a la orden un grupo multidisciplinario para prestarle toda la atención médica que pudiese requerir.
DC / Caraota Digital