Un estimadísimo profesor y amigo, al retirarse de su cátedra, vino dedicarse a la pintura al óleo y, por su conocida precisión como maestro, no fue extraño que adoptara el “tumbao” del hiper realismo.
En casi todas sus extraordinarias obras aparecían unos globos perfectos, como esferas grandes y transparentes puestas sin mucho sentido para el espectador, así que un día le preguntamos por su significado.
Las esferas las había creado durante su niñez y eran naves espaciales. Cuando recibía algún castigo severo se metía en su imaginaria esfera y se marchaba muy lejos a algún planeta, donde todo era tranquilidad y ya nada le amenazaba. Eran su marca de fábrica.
En nuestra Venezuela de hoy hemos tenido también que recurrir a estas imagimarias esferas para no volvernos locos. Hemos probado de todo para salir del régimen por las buenas. Dos referéndums revocatorios uno trampeado y otro no realizado por artimañas del CNE. Dos elecciones recientes de presidente una trampeada (la de Capriles) y la otra rechazada por los ciudadanos por ilegal. Paros y protestas a montón, especialmente en 2014 y 2017, en donde estos esbirros no tuvieron reparo en disparar a matar a ciudadanos desarmados frente a las cámaras.
Aunque no lo digamos, existe un dejo de cansancio que, además, se junta con una exigencia bestial y diaria para sobrevivir en hiperinflación. Seguramente los líderes políticos ya lo han notado pues hasta para hacer una reunión pequeña requiere de buen esfuerzo.
¿Significa esto que todo está perdido?, pues claro que no. Tenemos el derecho a descansar, de reajustarnos, de repensar. Tener un espacio de recarga siempre es bienvenido e imprescindible, hasta es comentado en los libros de guerra como la acción correcta. Meternos un rato en el globo.
Eso orienta la “pelea” actual hacia la dimensión de los dirigentes pues a ellos no les está permitido descansar y, aunque muchas cosas están haciendo, van algunas propuestas que nos animarán.
El haber nombrado un TSJ legítimo, y aunque que tuvieron que pegar la carrera, ha resultado muy bien y para los chavistas importantes esto es una amenaza real. Si internacionalmente sus decisiones son reconocidas se sumarán a las sanciones de muchos Países en contra de los rojos.
Nada nos impide ahora nombrar un gobierno de transición con ese pocotón de exiliados que tenemos. Por ejemplo, Borges y Ledezma serían buenos candidatos para presidir ese gobierno pues ya tienen mucho de recorrido internacional además de su dilatada experiencia y conocimiento en detalle de nuestro zaperoco. Solo imaginarse que los organismos internacionales inviten al presidente en el exilio en lugar de invitar al platanote sería un éxito tremendo. Hasta pedir apoyo militar foráneo tendría una mayor opción de concretarse
Adicionalmente, no sería poca cosa nombrar un CNE en el exilio. Hasta podríamos hacer un referéndum usando las modernas de redes y medios de comunicación que existen. Hay mucho de potencial ganancia en crear un gobierno en el exilio pues eso facilitaría cualquier decisión de otros Países, además de animar al desconocimiento interno, incluyendo a nuestros militares.
Mientras tanto la presión internacional y el desastre económico siguen carcomiendo las bases del régimen. Solo debemos esperar el momento adecuado para romper nuestros globos transparentes y darle la estocada final, junto a los que aparezcan, a este régimen imposible de sostener.
Para allá vamos y pronto.
DC / Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es