En el mundo actual de la era digital el líder tiene a su alcance cada vez más opciones y recursos técnicos para dar respuestas a las nuevas dudas y desafíos que se le presentan. En general la mayoría de las respuestas de esos problemas están incluso en los miembros del propio equipo que lidera. El buen líder conoce sus limitaciones y delega, también conoce la fortaleza de su equipo y logra resultados. Sin embargo, hoy es fundamental destacar que la clave del líder ya no solo son sus conocimientos y capacidades generales sino la forma en la que coordina y lidera. Ya no solo es importante que sepa a quien pedirle sino como hacerlo. Esto significa que tiene las habilidades sociales necesarias para desempeñarse en el mundo de hoy: es un líder humano.
“La inteligencia es la habilidad de adaptarse a los cambios”, dijo Stephen Hawking.
Hace ya tiempo que leemos esta afirmación. En el mundo que estamos viviendo el cambio es la constante y se necesita de gran capacidad de adaptación, reajustes, aprendizajes, etc. para poder navegar en sus aguas. A continuación, las 5 habilidades más importantes para desenvolvernos en el mundo de hoy.
El exceso de control sobre sus acciones en general es la contracara de un líder rígido y esto le limita la capacidad fundamental de incluir y probar cosas nuevas, escuchar otras ideas y opciones y sobre todo animarse a ejecutarlas. Es clave que el líder pueda superar la zona de miedo en la que se encuentra al salir de la seguridad. Sin embargo, las salidas demasiado audaces pueden dejarlo liderando solo y los miedos a probar cosas nuevas volverlo un líder poco motivador y desafiante de los equipos. En cualquier caso siempre volverá fortalecido y con aprendizajes que aumentaran el tamaño y capacidad de su zona de confort.
Tip: conozcamos nuestra zona de confort (el espacio de mi seguridad y control) y nuestro nivel de resistencia para salir de ella. Conocer nuestros verdaderos miedos y medir nuestra necesidad de control en la capacidad que tenemos o no de delegar.
Es importante tener en cuenta que no se trata de innovación y creatividad porque sí, sino orientada a la resolución de problemas concretos con nuevas formas más eficientes y agiles. El líder necesita ser inquieto y curioso, estar informado de las nuevas tendencias y animarse a probar y adaptarlas a su formato, le permitirá mantener su creatividad al día.
Tip: Aprendamos a buscar espacios y tiempos de reflexión y silencio que nos permitan trabajar nuestra creatividad y capacidad para resolver de forma activa y no solo por el mágico llamado de una idea inesperada.
Tip: ejercitemos la observación y escucha activa. Busquemos ver a los otros en el día a día y tomarnos luego el tiempo para escucharlos. Hagamos el ejercicio cotidiano de escuchar a nuestro prójimo con la intención de conocerlo más y recordando silenciar nuestro “yo”, porque si no corremos el riesgo de que se convierta en nuestro monólogo y no en nuestra capacidad de conocer sus sentimientos, vivencias y saberes.
Un líder comprometido motiva y apasiona a su equipo dando el ejemplo que es la mejor manera de enseñar. Pero sobretodo el guía se compromete con su gente: la cuida y contiene.
Tip: El compromiso aumenta cuando conocemos el sentido de lo que hacemos y el valor que nuestra acción tiene en los otros. Busquemos no perder de vista la razón que nos guía porque es la que verán siempre quienes nos sigan.
Un líder humano promueve el buen y sano humor y puede reírse “con” y no “de” los otros. El gran líder sabe reírse de sí mismo lo que es un sello incuestionable de su seguridad en el rol.
Tip: busquemos la sonrisa en todo momento, la sonrisa que recibe, que abre. El devenir de las tareas simultaneas y las demandas de respuestas inmediatas nos las borran con facilidad.
En el mundo de hoy, en definitiva, el líder con sentido humano es aquella persona flexible para salir de su zona de confort y sostenerse en la incertidumbre, creativo para buscar respuestas innovadoras a los nuevos problemas, empático para cuidar y contener en épocas de cambio y ansiedad, comprometido para motivar a sus equipos y con buen humor para que el clima de trabajo que sostiene sea convocante, nutritivo e inspirador.
DC / DERF