Donald Trump abandonó el sábado la cumbre del G7 buscando tranquilizar a sus aliados y resaltando en particular los debates «extremadamente productivos» sobre el comercio, uno de los puntos más conflictivos.
Antes de dejar la localidad de La Malbaie (Quebec, este de Canadá) para volar hacia Singapur, donde el martes mantendrá con el dirigente norcoreano Kim Jong Un una cumbre histórica, el mandatario estadounidense se dedicó a calmar los ánimos de sus seis socios y a reducir las tensiones creadas sobre todo por su política proteccionista.
«Tuvimos debates extremadamente productivos sobre la necesidad de intercambios comerciales justos», dijo, e invitó a los otros integrantes del grupo a pensar en la posibilidad de crear una zona de libre comercio entre los siete.
Estados Unidos acaba sin embargo de imponer tasas la importación de acero y aluminio fuertemente resistidas por los otros integrantes del G7.
«Suprimir las tarifas aduaneras, suprimir las barreras no tarifarias, suprimir las subvenciones», fue la propuesta que Trump lanzó durante su rueda de prensa final. «No sé si funcionará, pero lo propuse», dijo.
Sobre Irán, otra línea de fractura con sus socios tras la denuncia por Washington de un acuerdo internacional sobre el programa nuclear de la república islámica, dijo que «las naciones del G7 están comprometidas con contener las ambiciones nucleares» de Teherán.
Todavía falta saber si este gesto conciliador de parte de un presidente que sólo consagró 24 horas a sus aliados (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Japón) se traducirá en un comunicado común.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que se había acordado una declaración conjunta sobre el comercio, pero señaló que ese texto «no resuelve todo».
«Esta fue una etapa importante, pero fue solo una etapa y no resuelve todo, por lo que planeamos continuar nuestro trabajo en los próximos meses», afirmó.
La canciller alemana, Angela Merkel, había afirmado anteriormente que habrá un texto común que recogerá la excepción estadounidense sobre los temas medioambientales y climáticos, en un formato de «6+1».
«Parto del principio de que tendremos un texto común sobre el comercio», dijo la dirigente germana, admitiendo la existencia de «concepciones diferentes con Estados Unidos».
Tanto Macron como Merkel señalaron por otra parte que «los seis» manifestarán su compromiso de reciclar la totalidad de sus desechos plásticos antes de 2030, como forma de combatir la polución de los océanos.
– «Reincorporar a Rusia» –
El presidente estadounidense lanzó por otra parte, desde su llegada a Canadá el viernes, la idea de volver al formato del G8 con el reingreso de Rusia, excluida en 2014 tras la anexión de Crimea.
«Sería una cosa positiva», afirmó el magnate de 71 años.
Pero los europeos ya han rechazado la idea, y la propia Rusia declinó la invitación.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, dijo que Moscú «nunca pidió volver» al G8 y considera que el G20, un foro ampliado a los países emergentes, es «el formato más promisorio».
En lo inmediato, Rusia está más preocupada en acordar con China e Irán. Los jefes de Estado de los tres países se reunirán durante el encuentro anual de la Organización de Cooperación de Shangai (OCS), en la gran ciudad costera china de Qingdao.
Cualquiera sea el documento final de este G7, la cumbre dejó nuevamente en claro la voluntad de Donald Trump de dictar su orden del día, aunque ello lleve a torpedear los usos y el ritmo de un orden mundial multilateral, representado en La Malbaie por el secretario general de las Naciones Unidas Antonio Guterres y por la directora general del FMI Christine Lagarde.
El presidente estadounidense fue el último en llegar a la cumbre y el primero en irse del lujoso hotel sobre el río Saint-Laurent en el que los jefes de Estado y de gobierno se reunieron durante un par de días.
El sábado arribó con retraso a un desayuno de trabajo sobre igualdad de sexos y simplemente no asistió a una sesión consagrada al clima.
Trump nunca ocultó que daba mayor importancia a su cumbre del martes con Kim que a este encuentro de familia entre viejos aliados. «Es una ocasión única» que «nunca volverá a presentarse», dijo el sábado refiriéndose a su reunión con el líder norcoreano.
DC / AFP