“Primer caudillo de la democracia venezolana”
Ayudando a hacer las trabajos escolares sobre historia, a mis nietos, llamó la atención las estrategias del “Taita Boves” Boves el Urogallo, también conocido como el León de los Llanos, el Urogallo, la Bestia a caballo o simplemente Taita, fue un militar español, comandante del Ejército Real de Barlovento (también llamada la Legión Infernal) y caudillo de los llaneros en el transcurso de la Guerra de Independencia de Venezuela durante la Segunda República (1813-1814, aunque el historiador venezolano Felipe Larrazábal, el cual consulte, nos dice que ya se conocían, sus andanzas en nuestro país en los años 1.808 y 1.809 ejerciendo el comercio de contrabando y la piratería. Por supuesto que esto no puede parecernos inverosímil, puesto que el asturiano poseía también el clásico carácter español que se traduce o repartía entre lo legal y lo prohibido, entre lo bueno y lo malo, entre la bondad, el engaño y la tracalería. En fin, lo mejorcito que algunos venezolanos heredamos de ellos y que llamamos la “viveza criolla”.
Como a la oportunidad la pintan calva, de inmediato salí a revisar, para luego abreviar este material que se asemejan a las medidas y decisiones tomadas últimamente por el Régimen, dirigidas a manipular la adhesión de los sectores populares a su programa de acciones. Quienes al igual que Boves, valiéndose de los resentimientos sociales, dividen a la población y los incorpora a sus planes. Hijo de padres muy humildes de nombres Manuel Boves y Manuela Iglesias. Cuando tenía 5 años muere su padre y su madre hizo hasta lo imposible para levantar al pequeño José Tomás y a sus otros dos hijos. A los 16 años José Tomás obtiene el título de Licenciado en Ciencias Náuticas con brillantes notas, haciendo honor así al sacrificio de doña Manuela.
Ahora el amantísimo hijo de doña Manuela, el sobresaliente estudiante de las ciencias náuticas, el asturiano ejemplar se convierte de la noche a la mañana en un transgresor de la ley al ser descubierto en sus actividades ilícitas por las autoridades portuarias, fue enjuiciado y condenado a 8 años de prisión y deportado al castillo de Puerto Cabello en la entonces Capitanía General de Venezuela. Gracias a que Lorenzo Boves, amigo de su padre, le consiguió los servicios del abogado criollo venezolano Juan Germán Roscio, futuro primer vicepresidente de la Gran Colombia, vio conmutada su pena de prisión por la de destierro a la Villa de Calabozo (caso Chávez-Caldera en este caso con un sobreseimiento sin sentencia) bien lejos de las zonas costeras. Sin embargo, nunca llegó a gobernar el país, una de sus aspiraciones, ya que, al mando de los realistas en la crucial batalla de Úrica, perdió la vida.
Boves aspiraba alcanzar cambiar las estructuras económicas establecidas ocupando las tierras ociosas y destruyendo el gran latifundio. (en este caso apropiarse de toda actividad productiva y entregarlas en manos de militares o seguidores) En síntesis, sus acciones sociales tuvieron marcadas características de una revolución agraria.
Boves y sus llaneros sentían un odio visceral hacia los blancos criollos o mantuanos. Boves, decía que en los llanos no debía quedar un blanco porque tenía todo aquel territorio destinado para los pardos y para asegurar su retirada en caso de una derrota (y a su general de confianza JESUS HERNANDES conocido como EL MULATO MAYOR). Aparece en nuestra historia como un jefe realista cuando es derrotado el Capitán español Domingo Monteverde, pero, en verdad estuvo al lado del rey por consideraciones tácticas puesto que no acataba las órdenes del Capitán General. Fue tan radical en la aplicación de su “Programa Revolucionario” que, durante la eliminación sistemática de los blancos criollos y en el fiel cumplimiento de la promesa de repartir los bienes y propiedades de los mantuanos, (ubica tu casa y otras) llegó a asustar a los mismos realistas españoles. Estos hechos demostraban claramente el contenido de clase de la revolución de Boves. “Los intereses que se recojan de esos traidores serán repartidos entre los soldados que defienden la justa y santa causa”… decía el asturiano en una circular. Con razón Juan Vicente González le hizo acreedor del título de “Primer caudillo de la democracia venezolana”.
DC / Dr. Johnny Galue / Abogado, Político / @COOTUR