Verstappen gana, Vettel nuevo líder, Alonso, 8º y Sainz, 12º

Es una de las características que adornan a las mejores personas, reconocer errores y pedir perdón. No es fácil. Nada lo es en la Fórmula 1. James Vowles se graduó en ingeniería de Automoción en la Escuela Internacional de Ginebra, después se tituló en Informática en la Universidad de East Anglia, en Norwich, Inglaterra y después recibió el Premio Prodrive de Excelencia tras lograr una maestría den Ingeniería y Gestión de Motorsport en la facultad de Cranfield. Quizá, durante tantos años de preparación, pensó que un día, en mitad de una carrera, tendría que disculparse con uno de los mas grandes pilotos de la historia de la Fórmula 1.

«Lo siento Lewis, es mi responsabilidad», dijo mientras Hamilton se desesperaba en el coche. Unos momentos antes Valtteri Bottas, que salía desde la pole, se tenía que retirar con problemas hidráulicos en su coche. Hulkenberg también se había quedado fuera con el Renault echando fuego. Coche de seguridad virtual. Hamilton iba primero y no para a cambiar gomas. Lo hacen Verstappen, Ricciardo, Vettel y Raikkonen. Doble parada en Red Bull y Ferrari. Tras la parada unas vueltas más tarde del inglés, se pone líder Max con Ricciardo segundo y Kimi tercero. Hamilton, cuarto. Vettel, quinto. Era el momento clave de la carrera, aunque aun quedaba mucho. Era la vuelta doce.

Hasta llegar a ese momento el campeón británico había hecho una gran salida para liderar la prueba, Raikkonen pasa también a Verstappen y Bottas, pero después su compatriota de Mercedes, que es cuarto tras la primera curva, termina la vuelta segundo. Por detrás Vettel, que salía sexto, pierdes posiciones, pero las va ganando después, Haas mediante…

Por detrás, Fernando Alonso salía desde el pit lane, nada ocurrió al comienzo que le favoreciera, muchos adelantamientos, pero ningún toque, todo limpio. El asturiano se desesperaba detrás de Hartley, su compañero Vandoorne, con problemas en el alerón delantero, ya tenía vuelta perdida en la sexta… Fernando incapaz de llegar al Toro Rosso o el Sauber de Leclerc. Solo pudo con los Williams. Decimocuarto a mitad de carrera. Más atrás incluso que Fernando… Carlos Sainz. El madrileño estaba luchando por los puntos con los Force India cuando su coche empezó a tener problemas de neumáticos y vibraciones, tuvo que entrar a cambiar gomas y se quedó decimoquinto con un monoplaza tocado.

Entró julio con mucho calor en Spielberg después de unos días de otoño, más de 45 grados de temperatura en la pista, eso provocó averías en los motores y ampollas en los neumáticos. A falta de doce vueltas Verstappen seguía líder, con Raikkonen y Vettel en el podio. Por detrás Ricciardo también se quedaba fuera con el Red Bull echando humo. Y cuarto Hamilton, que había vuelto a parar con sus compuestos superblandos arañados por el asfalto. En ese momento dos batallas, la de Vettel con Raikkonen por el segundo puesto del podio. La de Alonso. ¿Alonso? Sí, el McLaren que salía desde el pit lane, contra la nueva estrella Leclerc con el Alfa Romeo Sauber, también conocido como Ferrarito 2, por entrar en los puntos. Con sus neumáticos dañados pasa al brillante Charles. Y después a Pierre Gasly se pone octavo. ¿Octavo? Será noveno… No, octavo porque Hamilton, que era cuarto, abandona con su Mercedes, bomba de gasolina. El perdón de Vowles fue lo de menos. O no. Los dos coches alemanes fuera. Increíble. Otra hazaña del asturiano, aún en el horizonte…

Pueden pasar, (aún) más cosas. Verstappen es primero, pero con Kimi a dos segundos y Vettel a uno y medio de su compañero. Siete kilómetros para el final. Kimi se acerca, la grada naranja se estremece, pero Max gana. Primera victoria del año. Locura holandesa. Los Ferrari en el podio, Raikkonen por delante, sin órdenes de equipo. Vettel, líder. Sainz acaba duodécimo. Alonso en los puntos desde el pit lane. Factor humano en la Fórmula 1. Risas y sonrisas…

DC / As