Así es Tham Luang Nang Non, la cueva donde están atrapados los 12 niños tailandeses y su monitor

Tras 13 días atrapados en una cueva, los doce niños y su entrenador de fútbol tienen por fin un atisbo de esperanza. Los equipos de salvamento evalúan ahora el descenso de los niveles de agua de la cueva de Tailandia, lo que podría adelantar el rescate. “No podemos confirmar cuándo tendrá lugar. Pero nos aseguraremos de que los niños estén al 100 por 100 seguros” durante la misión, declaró en rueda de prensa Narongsak Osotthanakorn, gobernador de la norteña provincia de Chiang Rai. Y es que el lugar donde están atrapados es uno de los más recónditos del país.

Las cuevas Tham Luang Nang Non son las cuartas más largas de Tailandia. Tienen diez kilómetros de longitud y se extienden majo la ladera de la montaña al este del país. Este entramado de pasillos y cuevas es, además, una atracción muy popular entre los turistas, que se aventuran en su oscuridad a través de su entrada más expuesta.

Pese a la gran apertura en el primer contacto, los pasillos se van estrechando a medida que avanza en su recorrido, convirtiéndose en algunos momentos en un entramado de pasadizos estrechos que transcurren en un zigzag con suelo rocoso y lleno de barro que conducen a amplias cámaras.

El terreno tiene distintos niveles de elevación, y hoy en día está parcialmente inundado. El grupo se encuentra a casi cuatro kilómetros de la entrada de la cueva y a una profundidad de entre 800 metros y un kilómetro por debajo de la superficie. Los trece están atrapados en una amplia estancia moldeada por el agua y muy conocida por sus estalactitas y estalagmitas.

En 2007, seis turistas y sus dos guías tailandeses murieron al verse atrapados por una repentina inundación en una cueva del parque nacional Khao Sok, en el sur de Tailandia.

”Si el riesgo es menor que el 10 por ciento, iremos hacia adelante”, señaló a su vez uno de los líderes del operativo de extracción. La misión se llevaría a cabo de manera gradual, sacando primero a los niños con mejores condiciones tanto físicas como psicológicas.

DC / La Vanguardia