Las crisis políticas en Nicaragua y Venezuela sobrevolaron este lunes el encuentro de cancilleres europeos, latinoamericanos y caribeños en Bruselas, que buscan mostrar que están «del mismo lado» en un momento de cambios globales a causa de Estados Unidos.
«Desde nuestra última reunión que tuvo lugar hace dos años (…) el equilibrio global de poder está cambiando más rápido que nunca», dijo la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, al inicio de la reunión entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Aunque la agenda de esta reunión de dos días para reforzar las relaciones aborda oficialmente el cambio climático, el comercio o el desarrollo sostenible, la situación en Nicaragua y en Venezuela «estuvo presente en la mente de los participantes» en sus intervenciones, dijo a la AFP una fuente diplomática.
Los desencuentros con Venezuela obligaron precisamente a la presidencia pro témpore de la CELAC, ejercida por El Salvador, a reemplazar la tercera cumbre de mandatarios de ambos bloques prevista el pasado mes de octubre en San Salvador por la reunión ministerial.
Los países americanos reunidos en el Grupo de Lima, al que pertenecen Brasil, Argentina y Chile, entre otros, rechazó asistir entonces a la cumbre y, en este sentido, este lunes se escucharon reproches entre miembros del bloque latinoamericano, según la fuente diplomática.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, cuyo país pertenece al grupo bolivariano del ALBA junto a Nicaragua, criticó además que, en un contexto de cooperación, se adopten medidas unilaterales, en referencia a las sanciones impuestas por la UE a su país desde noviembre, agregó.
– Nicaragua ‘autocrática’ –
La crisis política, económica y humanitaria en este país latinoamericano también se abordó en los márgenes del encuentro. El canciller español, Josep Borrell, expuso a Arreaza en una reunión bilateral su «profunda preocupación» por la situación en el país, según el gobierno español.
Poco antes, Borrell había subrayado además el cambio de actitud del nuevo ejecutivo español, al asegurar que ya no abanderaría «las líneas duras de las sanciones cuando haya un problema en América Latina», como las impuestas a Caracas por socavar la democracia y los derechos humanos.
Arreaza, quien no hizo declaraciones a la prensa como su par nicaragüense Paul Oquist, calificó en su cuenta en Twitter de «cordial y productiva» la reunión con el español, con quien comparte su apuesta «por el diálogo con respeto mutuo y la cooperación integral».
La preocupación este lunes se centró también en torno a un aliado de Caracas, Nicaragua, donde unas 280 personas han fallecido desde el inicio de protestas en abril contra una reforma del sistema de pensiones, que derivaron en una demanda para la salida del poder del presidente, Daniel Ortega.
Francia, en la línea de la diplomacia europea que recordó la víspera la obligación de Managua de proteger a la población, llamó a las autoridades nicaragüenses a cesar la «represión» y a «implementar concretamente su compromiso a favor del diálogo».
Chile avanzó que su canciller Roberto Ampuero llevaría el tema a la cita y la ministra de Costa Rica, Epsy Campbell, adelantó que pediría un pronunciamento, si bien en las conclusiones de consenso previstas mañana no se espera ninguna referencia a ambos países.
Las autoridades nicaragüenses solicitaron la mediación de la UE, indicó a la AFP una fuente diplomática europea, para quien aceptarlo habría supuesto «una pérdida de credibilidad» ante un «régimen autocrático y cleptocrático».
– ‘Viejas’ y ‘nuevas’ alianzas –
Más allá de ambas crisis, el presidente estadounidense, Donald Trump, también sobrevoló el primer día del encuentro bautizado «Construyendo puentes y reforzando nuestra asociación para afrontar los desafíos globales».
«Las viejas alianzas se están poniendo en cuestión y otras nuevas están emergiendo (…) Se plantea la amenaza de nuevas guerras comerciales», dijo Mogherini ante los responsables de los 61 países de la UE y de la CELAC, para quien «en medio de esa confusión», ambos bloques están «del mismo lado».
La reunión se produce en un contexto de tensión entre Trump y sus socios comerciales, desde México hasta China, por sus pesados aranceles siderúrgicos y de tensiones también con la UE, en temas como la política nuclear iraní, el Acuerdo de París sobre clima o Naciones Unidas.
Para el canciller luxemburgués, Jean Asselborn, «en el contexto actual, un contexto difícil, la CELAC y la UE deben cooperar de manera más estrecha en los principales foros internacionales», como en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Desde su nombramiento como Alta Representante para la Política Exterior en 2014, Mogherini impulsó las relaciones del bloque con América Latina, uno de cuyos éxitos ha sido la reanudación completa de las relaciones con Cuba y la derogación de la conocida como Posición Común de 1996.
El acuerdo comercial con el Mercosur, en negociación desde hace casi 20 años, se mantiene como la asignatura pendiente. El encuentro tiene previsto abordar el comercio el martes, la víspera de una reunión entre los cancilleres de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay con la comisaria europea de comercio, Cecilia Malmström.